Punta del Este es la joya de las playas uruguayas. “La Saint-Tropez sudamericana”, como dicen algunos. Por sus calles desfilan empresarios, políticos y artistas internacionales, que la convierten en uno de los destinos más exclusivos. Y muchos europeos que llegan se enamoran del lugar y deciden construir casas o invertir en proyectos inmobiliarios, siendo así cada vez menos turistas y más locales.
“Los europeos eligen este lugar por el espacio, la tranquilidad y el paisaje. Les encanta el calor de aquí cuando allá es invierno. Punta del Este es un lugar donde todo es más descontracturado; además, no hay pobreza extrema y eso les gusta”, dice a PERFIL la empresaria Ana Rusconi, del lugar.
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