Leandro Erlich es un artista argentino de 42 años. Hoy, sorprendió al hacer que el Obelisco amanezca sin su punta. La intervención que hizo sobre el monumento de 67 metros constaba de dos etapas: la primera se develó a las 15 en la Plaza de la República y la segunda a las 17 en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA).
"Tengo una relación ambigua con respecto a la magia, porque no le ofrece al espectador un carácter interpretativo; es simplemente eso, un truco”, explicó el artista.
“En mis trabajos la ilusión es un disparador que genera sorpresa y ésta actúa como despertador” expresó Erlich al diario La Nación.
“Después el truco se devela y deja de ser importante; entonces, llega la interpretación. La gente se engancha en la experiencia porque puede reconocer cómo están hechas las cosas y así la obra se transforma en un escenario de participación sin manual de uso", detalló.
"No tengo un método de trabajo. Sí algunas obsesiones que se repiten, como la duplicidad, los espejos, las ventanas y mirar, pero no con la actitud del voyeur, sino simplemente mirar y mirar a los otros. Me gusta pensar que la obra es un lugar de encuentro, de intercambios, como pasa en Centquatre, de París, un centro cultural multidisplinario que está transformando, gracias al arte, una zona marginal de la ciudad”, precisó el artista.
Erlich es un artista argentino conocido por sus instalaciones, que juegan con la ilusión óptica, lo virtual y tridimencional. En 2012 en la inauguración de la Usina del Arte en La Boca, sorprendió con una fachada de una típica casa porteña de principios del siglo XX, a la que la gente se podía trepar