SOCIEDAD
a traves de un programa del consejo de la magistratura

Realizan simulacros de juicios por jurados con alumnos de secundaria

Ya participaron 1.800 estudiantes, que trabajan con causas reales. Se busca que conozcan desde adentro cómo funciona el Poder Judicial.

La justicia y la escuela. Los chicos representan todos los roles: el de juez, fiscal, abogado defensor, imputado y jurado.
| Gentileza ijudicial.gob.ar
Con simulacros de juicios por jurados, la Justicia porteña busca acercar el funcionamiento del Poder Judicial a los alumnos de las escuelas de la Ciudad. Ayer, en la Feria del Libro Infantil en el Centro Cultural Kirchner, los alumnos de cuarto y quinto año de la Escuela de Danzas Aida V Mastrazzi participaron de una teatralización de un caso de grooming, donde cada uno de ellos interpretó un rol: desde el juez, el fiscal, el imputado, los defensores, hasta los 12 miembros del jurado que son quienes dan su veredicto.
Se trabaja con causas penales reales del ámbito de la Justicia de la Ciudad, en el marco del Fuero Penal, Contravencional  y de Faltas; y se intenta que los chicos conozcan desde adentro cómo funciona el Poder Judicial. “Buscamos que a través de esta experiencia los chicos participen en los roles del juez, del fiscal, del defensor, del testigo, del imputado, ya sea penal o contencioso, y dentro del tipo penal con el juicio por jurados”, explica Alicia Caruso, psicóloga y coordinadora del programa “La Justicia y la escuela” del Consejo de la Magistratura porteño, que ya lleva casi tres años. Los simulacros con juicios por jurados empezaron el año pasado, y con la colaboración de jueces y fiscales, ya llevan realizados 27 simulacros, con 1.800 chicos de varias escuelas, como San Agustín, San Tarsicio, Normal Nº 5, CNBA, entre otras.
“Los ejes de trabajo son la dinámica grupal, la espontaneidad, la creatividad y la motivación. Se les plantea la experiencia como un juego y los chicos se enganchan muchísimo, hasta se lookean y vienen vestidos de traje, algunos hasta se disfrazan de policías”, agrega Caruso.
Los simulacros –que también se hacen para adultos– duran cerca de dos horas. La primera hora es la teatralización del caso, y luego se hace una puesta en común tanto con los que participaron como los que observaron. La idea de trabajar con las escuelas se enmarca dentro del programa global que busca ver la reacción de la comunidad ante esta práctica, que ya se implementó en las provincias de Buenos Aires, Neuquén y Chaco. Y cuenta con proyectos en la Legislatura porteña (ver aparte).
De la experiencia realizada, en la mayoría de las causas, el jurado absuelve al imputado. “Así entienden la cuestión sustantiva del derecho, que es que el juez no juzga antecedentes, y el jurado tampoco, lo que se juzga es ese hecho”, agrega Caruso. Con esta práctica buscan combatir, además, el problema del desconocimiento.
“El primer problema del juicio por jurados es la ignorancia que se tiene respecto al tema, no se sabe bien en qué consiste más allá de las películas, y al no saber qué es decís no me interesa”, sostiene la Dra. María Laura Martínez Vega, jueza en lo Penal, Contravenciones y de Faltas, que colabora con el programa, donde destaca que al comenzar la experiencia la mayoría de los chicos no está de acuerdo con la implementación, pero que cambian de opinión apenas termina el proceso, lo mismo que sucede con los adultos que participan.