SOCIEDAD
Peleas gremiales

Ricardo Carpena: "La pandemia está acabando con la burocracia sindical"

El periodista especializado en temas sindicales enfatizó sobre el cambio que se está dando en los principales sectores gremiales.

La pandemia está acabando con la burocracia sindical
La pandemia está acabando con la burocracia sindical | Twitter

Ricardo Carpena, periodista especializado en cuestiones sindicales, dialogó con Jorge Fontevecchia para Radio Perfil sobre la renovación generacional y el cambio de época que se está observando en el gremialismo.

F: La derrota de Barrionuevo, la de Caló, que Cavalieri anuncie que no buscará otro mandato en Comercio, ¿Qué indica? ¿Es el cambio generacional tan reclamado de los popes sindicales?

C: Sí, es un final de ciclo evidente. En algunos casos, por supuesto, no fue buscado por los propios sindicalistas. Como se sabe, el sistema sindical argentino está preparado para la supervivencia eterna, entonces estos son lo síntomas de una larga y lenta decadencia que se está manifestando ahora. Yo creo que también influyó mucho la pandemia, por eso hay dirigentes que ya venían con una gran distancia que mantenían con sus bases y, a partir de la pandemia, esa brecha aumentó.

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F: Qué interesante cómo la pandemia, desde el punto de vista físico ataca con mayor rudeza a las personas de mayor edad, pero en este caso, por más poderoso que sea un líder sindical no deja de estar afectado en el sentido simbólico con los movimientos que produjo el desempleo

C: Muchos de los dirigentes sindicales que están en crisis tienen cerca de 80 años, ya tenían problemas para representar a sus bases antes de la pandemia. Hace mucho tiempo que se perdió algo típico de los gremialistas en los años setenta, que era salir a la conquista del afiliado en las asambleas y los congresos a buscar el veredicto y el respaldo del afiliado. Eso con el paso de los años se fue perdiendo, la dirigencia sindical se fue burocratizando, es más, el afiliado ya pasó a ser una molestia porque reclamaba, exigía y demandaba mucho. Sobre todo, a partir del 2003, donde también hay un cambio en la composición del mercado laboral e irrumpen muchos trabajadores jóvenes que tienen otros códigos. Y para los viejos sindicalistas, con el sistema de reelección indefinida, por un lado es virtuoso para ellos porque les permite mantenerse al frente de sus organizaciones, pero por otro lado les quitó la posibilidad de luchar por el respaldo de sus propias bases.

Antonio Caló

F: ¿Eso cómo afecta y en qué posición queda Alberto Fernández, que tenía a varios de estos sindicalistas como sus aliados?

C: En realidad Alberto, más que nada, tiene el apoyo de los grandes gremios, muchos de los cuales están manejados por esta aristocracia sindical de mayor edad. Entonces está complicado en el sentido de que, por ejemplo, Caló que es un dirigente que últimamente había tenido un compromiso público mucho más fuerte con Alberto Fernández que el propio Héctor Daer, que hasta ahora era el que se mantenía al tope del ranking de albertistas. Y esto tiene que ver con lo que estamos hablando, porque Caló no supo interpretar un movimiento que se estaba produciendo en sus propias bases de la UOM, de muchos dirigentes que empezaron a tomar la posta y que, en realidad, simpatizan con el kirchnerismo y se vieron obligados a adoptar la postura política que tomaba el líder Caló, que en el 2017 embanderó el sindicato para apoyar la campaña presidencial de Florencio Randazzo.

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F: Esta derrota de Caló, ¿puede generar un efecto mariposa en los demás gremios?

C: Obviamente que sí, hay síntomas de que lo que pasó con Caló está pasando en otros gremios y, seguramente, se va a repetir. La sensación que tienen hoy los sindicalistas de la vieja guardia es que ya no existen garantías de una supervivencia permanente. También está pasando con los gastronómicos, donde Luis Barrionuevo tuvo un reinado absoluto durante décadas, formalmente a partir de 1985, son cuatro décadas que tiene en el sindicato y no le pudo ganar las elecciones a su excuñado Dante Camaño, que es titular de la sección de Capital Federal, que es la más poderosa. Esto era impensable en otro momento, porque el sistema está construido para que siempre gane el que lidera y obstaculizar a quien se oponga.

Gremio Gastronómicos

F: Imaginando un cambio generacional de los líderes sindicales que, al mismo tiempo, simpaticen más con el kirchnerismo y esto luego afecte a los representantes de la CGT, e imaginando un futuro gobierno de Juntos. Esto no solo afecta a Alberto Fernández por perder aliados sectores al peronismo clásico, sino que además sería un problema para un gobierno de Juntos por el Cambio, que encontrarían mayor facilidad para acordar con los sindicalistas que hoy están dando un paso al costado.

C: Por supuesto. Macri también tenía una buena relación con los "gordos" de la CGT, que son los que manejan y conducen desde hace mucho tiempo, asociado con los llamados "independientes", y en su momento llegaron a una suerte de tregua. No nos olvidemos que Macri fue el único presidente argentino, desde el retorno de la democracia, que le entregó al sindicalismo peronista el control de las obras sociales sin pedirle nada a cambio cuando asumió.