El 17 de octubre de 2017 Sergio Maldonado pasó casi ocho horas en la orilla del río Chubut custodiando un cuerpo que, hasta ese momento, no sabía si era el de su hermano. Setenta y ocho días antes Santiago había sido visto por última vez cuando participaba junto a otras 20 personas de una protesta de la comunidad mapuche en la Pu Lof de Cushamen en la provincia de Chubut. La manifestación sobre la ruta 40 fue despejada por un pelotón de gendarmes que, tras liberar la vía, ingresó al terreno ocupado por los mapuches.
Las razones por las que el cuerpo de Santiago Maldonado apareció más de dos meses después en una zona que había sido rastrillada en varias ocasiones, siguen siendo una incógnita para la familia que sostiene que el cuerpo no estaba donde lo encontraron. A un año de aquel día, la causa sigue caratulada como "desaparición forzada de persona", pero no muestra ningún avance. "Desde ahí hasta la fecha, todo lo que fuimos presentando para tratar de avanzar fue rechazado. Y cada día que pasa nos alejamos más de saber qué pasó", sostiene Sergio.
Los pedidos de la familia van en dos sentidos: por un lado exigen que se investigue la actuación de Gendarmería en la represión del 1 de agosto. Por el otro piden una ampliación de la autopsia que estableció que la muerte ocurrió debido a una "asfixia por sumersión en el agua coadyuvado por hipotermia", pero no pudo dar precisiones sobre la fecha exacta del fallecimiento.
“Todo quedó frenado el día 20 de octubre cuando se tuvieron los primeros datos de la autopsia. Lo que se instaló en ese momento es que se murió ahogado y listo”, sostiene.
En una charla telefónica con PERFIL, el mayor de los hermanos Maldonado asegura que no le perdona a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich haber mentido sobre sus padres, habla del hombre que difundió las fotos de Santiago en la morgue y se refiere a la tristeza que le produce esta fecha.
“Es saber que no está y que no va a estar más. Que no me va a poder arreglar los tatuajes que me hizo. Que no voy a poder discutir más con él. Que no lo voy a ver envejecer y que él tampoco me va a ver envejecer a mí”, dice y hace silencio.
- ¿Cómo se encuentran hoy usted y su familia?
- Estamos en una etapa que se cerró, que es la de encontrar un cuerpo. No fue con vida, pero por lo menos podemos tener un lugar donde rendirle un homenaje o llevarle unas flores. Por eso estamos más que agradecidos a una parte de la sociedad que nos ayudó para que pudiéramos mantener el pedido de aparición. Pero por otro lado, ahora tenemos más incógnitas que antes. Ya pasó un año, y no vemos avances por parte de la Justicia, y cada día que pasa nos alejamos más de saber verdaderamente qué le pasó a Santiago.
- ¿Cuál es el estado de la investigación?
- Todo quedó frenado el día 20 de octubre cuando se tuvieron los primeros datos de la autopsia que decían que la causa de muerte era ahogamiento con ayuda de hipotermia. Lo que se instaló en ese momento es que se murió ahogado y listo. No se cuestionó más a la gendarmería que entró ilegalmente al lugar, ni importó qué había ocurrido, ni qué pasó en esos 78 días con Santiago desaparecido. Desde ahí hasta la fecha, todo lo que fuimos presentando para tratar de avanzar fue rechazado. Tenemos una fiscal, más preocupada en perseguir a mapuches o en intervenir mi teléfono, que en investigar a quienes tienen que investigar.
- Sin embargo, la carátula de la causa sigue siendo desaparición forzada.
- Nosotros no tenemos el conocimiento de por dónde va la línea de investigación. Y si bien se sigue manteniendo la carátula, no vemos avances en puntos que nosotros pedimos. Por ejemplo, la autopsia no dijo absolutamente nada. Lo único que dijo fue la causa de muerte, pero no dijo qué día murió, cómo murió, ni en qué circunstancias murió. Dijo, además, que el cuerpo presentaba signos de crioconservación. Para que un cuerpo esté crioconservado debería haber estado a 80 grados bajo cero, pero la autopsia dice que el agua del río Chubut tiene entre menos 3 y 6 grados. Ante esa diferencia de temperatura, yo pedí una ampliación, y fue rechazada.
- ¿Por qué cree que el cuerpo de Santiago no estaba en el lugar donde apareció?
- No es un capricho mío. Es el Estado el que estuvo ahí rastrillando. Estuvo siete veces en la zona. El lugar donde fue encontrado fue inspeccionado a fondo dos veces: el 5 de agosto y el 18 de septiembre, y el cuerpo no estaba ahí. Entonces, si ellos rastrillaron el lugar donde apareció el cuerpo y después la autopsia no puede determinar qué día murió, ni si estuvo los 78 días en el agua, que me expliquen dónde estuvo, dónde lo tuvieron, y si el cuerpo fue crioconservado.
- Denunció campañas de difamación en su contra, ¿sigue sucediendo?
- Lo siguen haciendo. Yo reclamo por mi hermano y vienen a inventar que cobro 200 mil pesos de subsidio por mes. Dijeron también que iba a ser candidato a senador. Todo eso para ensuciar. Llegó un momento en que nos cansamos de desmentir. Al final las cosas caen solas, porque no tienen sustento.
- ¿Habló alguna vez con Patricia Bullrich?
- No. Tampoco me sentaría a hablar con ella. Nunca le voy a perdonar que haya mentido sobre mis viejos. Bullrich dijo que no colaboraban, que se habían negado a dar muestras de ADN, y dos días antes mis viejos ya habían dado las muestras. No me lo olvido. Bullrich no tiene el más mínimo respeto por nada. No me podría sentar a hablar con ella.
- El día que lo encontraron estuvo custodiando el cuerpo casi 8 horas. ¿Qué recuerda de ese momento?
- Fue difícil. Mucha gente me cuestionaba por qué no lo reconocí ese día, pero yo no quería tocar nada para no interferir en la toma de pruebas. Desde ese día hasta el 20 estuve sin saber si era él. Yo pensaba que podía no ser él. Es muy difícil, no hay palabras. Lo que sí, desconfiaba de todos. Cuando estaba ahí, al lado del río sentado en las piedritas, vino un médico de la policía federal a hacerse el amigo. Yo no le di cabida porque me daba desconfianza. Resultó ser la misma persona que difundió las fotos de Santiago en la morgue. ¿Cómo voy a confiar en alguien después de eso?
- ¿Cómo recuerda a Santiago?
- Primero, como mi hermano. No lo recuerdo ni como el anarquista, ni como el tatuador, ni como el muralista, ni como el artesano. Siempre va a ser mi hermanito. Lo que destaco es que siempre tuvo bien marcados sus ideales, desde chico. Hizo lo que quiso, estuvo en el lugar que quiso y en el momento que él consideraba, y tal vez por eso es que le tocó la peor parte.
- ¿Se reprocha algo, o le reprocha algo a él?
- Me reproché no haberle estado más encima, pero en realidad es algo egoísta, porque él fue libre. Fue lo que todos queremos ser, pero no nos animamos. Él pudo salir de todos los mandatos sociales e hizo lo que quiso. Él estaba ahí ese día por ser solidario, cómo le voy a reprochar algo a él, si lo mataron por ser solidario.
