“Cuando vi a Angeles en las imágenes de la cámara de seguridad se me puso la piel de gallina”, confiesa la fiscal María Paula Asaro a PERFIL. Hasta ese momento, las líneas de investigación eran múltiples, pero esa prueba demostraba que el asesino estaba en Ravignani 2360, el edificio donde vivía Angeles con su familia. “Si no aparecía el cuerpo, era el crimen perfecto. Si me remontás el tiempo atrás, hubiera hecho lo mismo. Sin la autoincriminación lo habría agarrado igual”, dice.
—¿Qué tiene de particular el caso?
—Quizás la repercusión mediática y el modo en que fue hallada. También la desesperación de ver que no aparecía por tantas horas, el modo en que fue hallada y la mediatización generaron mayor ansiedad que en otros casos. Este es un leading case, va a sentar jurisprudencia en femicidios.
—¿Cuál fue para usted el momento más difícil?
—El momento en que tuve que decirle al padre que la habían encontrado. También cuando hubo que tomar decisiones como allanar su casa cuando la estaban velando. Fue fuerte porque la habitación estaba intacta, como la había dejado.
—¿Cómo fue la noche en que Jorge Mangeri le dijo: “Fui yo”?
—Promediaban las 11 de la noche, no aparecía y yo pedí: “Tráiganmelo. ¿Dónde está el portero?”. Lo necesitaba para saber los horarios, sobre todo tras la declaración de Dominga Torres, que aseguraba que Angeles no había entrado al departamento. Cuando llega Mangeri, yo lo recibo como si fuera Dios. Le dije: “Qué bueno que vino, porque quiero saber quién entró y salió del edificio”. Se lo trató bien, hasta le ofrecimos café. El no me miraba a los ojos. Me hizo un relato con contradicciones. Jamás se usó el “fui yo” como prueba.
—¿Está conforme con la condena?
—No hay motivo para festejar, no me puedo poner contenta. Angeles, a su casa, no va a volver más. Por otro lado, este fallo llega en un momento en que la Justicia está cuestionada, y que una familia esté conforme te da satisfacción.
—¿Por qué actuaron tres fiscales en el juicio?
—Yo soy más de instrucción. Fernando Fiszer fue coayudante en la investigación y conoce el funcionamiento del juicio. Y también ayudó incorporar a Sandro Abraldes, que sabe muchísimo jurídicamente. También es destacable el trabajo del fiscal de Cámara, Ricardo Sáenz. Fue muy bueno poder trabajar con un excelente equipo.