SOCIEDAD
a 100 metros de la jefatura de gobierno

Sin control: los manteros colapsan los alrededores del Parque de los Patricios

Desde principios de marzo los alrededores del parque se convirtieron en un verdadero mercado informal. Según los comerciantes del barrio, la presencia de los vendedores informales representa una competencia desleal, ya que varios de los productos que allí se venden son similares o copias truchas de los artículos que comercializan los negocios de la zona. Los vecinos se quejan por la imposibilidad de caminar tranquilos por las veredas ocupadas.

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Colapso. Sábados y domingos los manteros y vendedores informales ocupan diferentes sectores del tradiconal parque del sur porteño. | PABLO CUARTEROLO

Descontrol absoluto. Son las palabras que mejor definen la situación que se vive los fines de semana en el Parque de los Patricios cuando vendedores informales ocupan buena parte de la vereda de la calle Monteagudo, hasta pasar la calle Patagones, el sector en el que está la Estación Saludable y la totalidad de la superficie que comprende el playón de la entrada a la estación homónima del subte H y los caminos laterales que la rodean. Incluso la rampa de acceso al ascensor y las rejas perimetrales del parque, que son utilizadas como exhibidores de los productos que se venden. 

Si bien algunos de los vendedores informales llegaron a esta situación por una cuestión económica, también es cierto que la circunstancia es aprovechada por los clásicos manteros que llegaron a esta parte de la Ciudad desplazados de otras ferias o espacios en los que se encontraban. 

En una recorrida de PERFIL por el lugar se observó que allí se vende indumentaria de primera y segunda mano, calzado deportivo y de vestir, juegos de sábanas, toallas, toallones y frazadas, y hasta ropa de lencería. Todo, a tan solo 150 metros de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que se encuentra en Uspallata al 3100. 

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Pero la oferta no se circunscribe solo a esos productos, algunos de dudosa procedencia y elaboración, también se venden productos alimenticios como tortas, sándwiches y empanadas, gaseosas de primeras y segundas marcas, y hasta frutas y verduras. También productos de limpieza, herramientas, juguetes y electrónicos

En el lugar se vende ropa con marcas truchas, alimentos y juguetes electrónicos

Más allá de Monteagudo, la feria informal se extiende sobre la calle Pepirí, en los espacios que rodean la calesita del barrio y del ex zoo del sur de la Ciudad.

La situación se torna aún más complicada ya que la ocasión es usufructuada por “pungas” y “descuidistas” que aprovechan la aglomeración de personas en los “pasillos” que quedan entre los puestos para robar mochilas, carteras o arrebatar celulares. Pero además, sobre Monteagudo y su paralela, Corrales Viejos, un grupo de “trapitos” se encargan de “ordenar” y “cuidar” los autos de quienes visitan la feria.

“El problema son los manteros que venden los mismos productos que los comerciantes, tal como pasaba en otras partes de la Ciudad. Una cosa son los artesanos, los libreros, los vendedores por necesidad, y otra los manteros que venden artículos truchos, en clara competencia desleal con los comerciantes del barrio que pagan alquiler, impuestos y servicios. Venden a una cuarta parte del precio que vale en cualquier comercio”, aseguró Raúl Bascoy, titular de la Asociación de Comerciantes de Parque Patricios (@asociacionparquepatricios). “La asociación ya hizo las denuncias correspondientes, tanto en Fecoba como en Espacio Público”, agregó.

Entre los vecinos, por su parte, el descontento radica en la imposibilidad de transitar por las veredas que rodean el parque, muchos las usan para correr, caminar, pasear, o para ir a la estación del subte sin tener que esquivar los percheros –de todos los tamaños– o saltar sobre las mantas sin recibir quejas o insultos der parte de los vendedores. Otra queja habitual de los vecinos es por “el estado en el que queda la zona el domingo a la noche”.

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Cuándo empezó todo. La ocupación de la vereda de Monteagudo comenzó en marzo, cuando los manteros no pudieron instalarse en el parque, ocupaban todos los caminos interiores desde la pospandemia, ya que fue cerrado a raíz de la existencia de un hongo en los árboles que resultó ser tóxico tanto para las personas como para los ejemplares arbóreos.

Según pudo averiguar PERFIL, la ocupación de la vereda comienza, por lo general, el jueves por la noche, con la “reserva” de los lugares, que son marcados con cintas o piedras.

Respecto a la mercadería, varios la traen en sus propios vehículos o utilitarios, pero otros las retiran de un “depósito” que se encuentra a pocas cuadras del parque, según contaron a este diario vecinos de la zona.

“El desfile comienza el sábado a primera hora, cuando los vendedores pasan con varios bolsones en sus carros. El domingo a la noche los vuelven a guardar en el depósito. Eso sí, la zona queda a la miseria. Muchos están viviendo en el lugar desde hace tres días, con todo lo que eso implica”, relató un vecino con más de cuarenta años en el barrio.

Desde el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad, en tanto, aseguraron a este diario que “se identifica cada uno de los sitios donde se ocupa de manera ilegal el espacio público. La prioridad del jefe de Gobierno es devolverles el espacio público a los vecinos y comerciantes que pagan sus impuestos. En ese sentido, como cada caso es particular, tiene un abordaje distinto y se coordina entre varias áreas de gobierno. Uno de ellos es Parque Patricios, que en los últimos tiempos creció bastante”, concluyeron.