Sonría, lo estamos filmando. El eslogan que los comerciantes hicieron propio para disuadir a los delincuentes de cometer robos se convirtió en política de Estado. El macrismo expande en el área metropolitana el sistema de reconocimiento facial que, según dice, facilitará la captura de prófugos.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich; y el vicejefe de gobierno, Diego Santilli, habilitaron esta tarde esa tecnología en las estaciones de ferrocarriles de Retiro, Once y Urquiza.
La policía de la Ciudad ya cuenta con el sistema y lo utiliza en calles porteñas y estaciones de subte. La AFIP quiere instalarlo en el aeropuerto de Ezeiza para detectar evasores. Pero la tecnología genera también críticas.
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Tal como publicó PERFIL, el reconocimiento facial no solo genera resquemores por la eventual utilización indebida para hacer inteligencia (algo que el Gobierno rechaza de plano). También es cuestionado por su falta de precisión.
Especialistas en seguridad y funcionarios de la Defensoría del Pueblo advirtieron que existen “los falsos positivos” y ya hubo quejas por gente que fue demorada luego de ser detectada como posible prófugo por este sistema y luego fue liberada porque se había producido un error.
Pero la ministra Bullrich elogió que las estaciones de ferrocarriles se sumen a esta tecnología. “Ustedes saben que la ciudad de Buenos Aires comenzó un proyecto de búsqueda de prófugos con cámaras de reconocimiento facial. Este proyecto fue un gran éxito, porque en dos meses ha logrado 1.000 prófugos recapturados”, dijo.
Tanto ella como Dietrich y Santilli destacaron que por Retiro, Once y Chacarita pasan millones de personas por día y que la utilización de este sistema fortalecerá la “lucha contra la delincuencia”.