Una de las combinaciones más complicadas que tienen los usuarios de la red de subtes porteños es, sin dudas, el trasbordo de la Estación Carlos Pellegrini (Línea B) hacia la Estación Diagonal Norte (Línea C) por medio de la Estación 9 de Julio (Línea D). A raíz de esta situación se generan diferentes situaciones de congestión de usuarios que repercuten de lleno en la accesibilidad y seguridad de quienes combinan las líneas en cuestión, en especial en las horas pico. Quienes deseen unir ambas tienen que hacerlo cruzando de punta a punta el andén de la Estación 9 de Julio, de la Línea D, sorteando los kioscos de diarios, locales comerciales y el ir y venir de los usuarios cuando bajan de las formaciones. Según fuentes de la estatal Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) por allí circulan diariamente unas 300 mil personas.
Atentos a estas circunstancias, se está construyendo un nuevo pasillo paralelo al andén norte de la Estación 9 de Julio (sentido a Catedral) de 130 metros de extensión y a siete metros bajo tierra que facilitará el paso de quienes deben hacer ese trasbordo de las Líneas que unen Leandro N. Alem con Juan Manuel de Rosas (Línea B) y Retiro con Constitución (Línea C). Además, el proyecto contempla la instalación de un ascensor que vinculará la vereda y el andén a Congreso de Tucumán de la Línea D, salas auxiliares y de ventilación para el conjunto de las estaciones.
Las obras forman parte del Plan de Modernización de la Línea D, que es llevado adelante a través de un préstamo del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y que consta de tres etapas.
Luego de la finalización de las dos primeras, que consistieron en la construcción de un túnel de hormigón armado debajo de la calle Sarmiento, entre Suipacha y Esmeralda, Sbase encaró la tercera que incluye un nuevo acceso sobre la calle Sarmiento, entre Suipacha y Esmeralda, que, desde su inauguración, amplió los espacios de combinación y evacuación. Según informaron desde Sbase, se estima que en cinco meses ya estará habilitado el pasillo.
Una recorrida de PERFIL por el lugar permitió ver cómo se desarrollan los trabajos detrás de la pared del andén, en donde se ubicaba una boletería de la Línea D y dos escaleras que salían hacia Diagonal Norte, vestuarios y una central de electricidad que ahora se ubicarán en otros sectores del Nodo Obelisco.
Ahora en este espacio trabaja una retroexcavadora previo retiro –y protección, claro está– de las históricas mayólicas que revestían las paredes de los andenes, y pasajes del nodo.
“Estamos trabajando sobre un punto neurálgico de la red, y era una situación que no era la mejor para la circulación de los usuarios ni para la operación del sistema subterráneo. Son las tres estaciones más importantes de las Líneas B, C y D”, aseguró Ignacio Ballester, director de la obra.