Ana María Suárez es la madre que le dio un abrazo de perdón al asesino de su hijo, mientras transcurría el juicio que lo sentenciará como el culpable del crimen de Mariano Drew. La mujer sostuvo que el gesto fue un “acto espontáneo” que le “salió del corazón”.
Suárez considera que su gesto se trató de “un abrazo de dolor que me salió del corazón”, que surgió por el impulso que le produjo comprobar que el joven que mató a su hijo había admitido su responsabilidad y tenía lágrimas en los ojos.
El hecho ocurrió en un tribunal de la ciudad de Esquel, donde Fabián Chávez –de 25 años– está siendo juzgado acusado por el asesinato de Mariano Drew, de 27, quien reconoció haber sido el autor de homicidio.
El crimen fue cometido el 22 de septiembre del año pasado cuando los dos jóvenes, que se conocían entre sí, se encontraban dentro de un auto y por razones que aún se desconocen, Chávez le lanzó una piedra a Drew en la cabeza. El joven consideró que había sido agredido y que actuó en legítima defensa. Por su parte, los abogados de la familia de Drew niegan que Chávez haya tenido necesidad de defenderse porque sostienen que este nunca lo agredió.
El próximo miércoles se dará a conocer la sentencia del tribunal. El abogado de Drew pidió veinticinco años de prisión pero el fiscal considera que merece catorce, porque Chávez “se crió sin su madre, es adicto al alcohol y estuvo en varios institutos de menores”.
La madre de Drew afirmó hoy, en una entrevista por Radio 10, que durante el juicio, ella observó que “el joven se paró, con una lágrima que se caía” y entonces ella, que tenía un rosario en la mano, avanzó espontáneamente hacia él y lo abrazó.
“Fue un abrazo de profundo dolor, un abrazo que lo siento todavía en mi pecho, que me salió del corazón, de mi alma. Y no sé lo que le dije, pero fue algo así como, ¿a dónde vas a ir, qué va a ser de tu vida, quién te va a cuidar”, recordó la mujer.
Suárez, que es docente, muy religiosa y tiene un programa en Radio Nacional de El Bolsón, recordó que “cuando él me mira y se le cae esa lágrima, yo ya tenía un rosario en mi mano, que pensaba dárselo porque había ido a una misa de San Cayetano en Bariloche y se me apareció la imagen de regalárselo”.
La madre del joven asesinado dijo que también “pensaba cómo pudo haber desplegado tanta violencia, qué es lo que él habría recibido de toda esta sociedad que le tocó vivir” para reaccionar de ese modo.
Suárez sostuvo que conocía el estado del sistema carcelario y que muchas “personas que están ahí tendrían el derecho a este perdón, que es reconocer el daño que se ha hecho y repararlo, y comprometerse a no hacerlo más”. También afirmó que tras ese episodio, “tenía dos caminos: o morir con mi hijo, o seguir con la fortaleza del espíritu; el camino de amar o odiar, y elegí amar”.