Los medios de comunicación son un actor más en la lucha contra la violencia de género. En ese proceso, la difusión de imágenes de mujer golpeadas es un factor que es cuestionado por expertos y algunos sectores de la sociedad por su posible efecto adverso.
El director de Decidir Vivir Mejor y del Centro de Psicología Cognitiva, el psicólogo Santiago Gómez, explica en diálogo con Perfil.com que con este tipo de imágenes se contribuye a que la mujer se sienta más desprotegida y se fortalece la sensación de estar indefensa: “En las mujeres golpeadas, cuando los medios televisan y muestran cómo quedó la mujer lastimada, estamos reforzando una imagen que es la de la mujer degradada, que es víctima, que se le puede hacer cualquier tipo de cosa y que no pasa absolutamente nada. Se muestra a la mujer desde la debilidad”.
“El hecho de hacer una diferencia y que no aparezcan casos de varones golpeados es una forma de demostrar que la mujer es débil y no puede defenderse”, analiza. Además, el experto considera que la reproducción de esos contenidos incita al maltratador a no corregir su conducta : “Para los violentos, verlo es una forma de alimentar esa actitud y comportamiento que tienen”.
La solución para el profesional consistiría en reproducir ejemplos de la igualdad de género con mujeres que sobresalen en el mundo cultural, deportivo, social o profesional, y hacer hincapié en la difusión de casos en los que los maltratadores recibieron un castigo. “El objetivo es transmitir que la mujer se puede defender, que existen medidas legales y psicológicas. Difundir desde la fortaleza e incluso mostrar alguna persona que quede presa para que se vea que existe una consecuencia, porque sino lo que transmite la imagen es cómo queda la mujer y la seguimos degradando y el hombre queda por encima de ella”, sintentiza.
La directora del Consejo Nacional de la Mujer, Fabiana Tuñez, comparte esa postura: “El hecho de exponer la imagen de una mujer con golpes lo único que genera es reforzar el estereotipo de la mujer en cuanto a víctima sin dar un mensaje claro que de la violencia se puede salir. Es como que el único destino de una mujer que está atravesando una situación de violencia es terminar en los golpes, con lo cual no nos parece conveniente la difusión de esas imágenes. Sí nos parece muy importante y fundamental el discutir todas las cuestiones que tienen que ver sobre cuáles son las diferentes formas de violencia, de qué manera la mujer puede recibir ayuda, cuáles son las leyes, los derechos”.
La fundadora de La Casa del Encuentro señala que el mensaje a transmitir es el que va enfocado a ayudar a las víctimas a detectar los diferentes tipos de violencia y a infundir esperanza: “Quienes trabajamos violencia de género y quienes asistamos a las víctimas sabemos que mostrar esas imágenes no ayuda para nada. La gran mayoría de las agrupaciones feministas que trabajan con mujeres víctimas ninguna utilizan estas imágenes, los mensajes que se envían permanentemente son que de la violencia se puede salir, cómo detectarla, cuál es el círculo de la violencia, pero nunca utiliza la vida de una mujer para volver a exponerla a una violencia mayor como es la exposición pública. De hecho muchas veces los medios de comunicación dicen 'queremos hacerle una nota a una víctima' y la realidad es que eso también es exponerla si ella no lo elige per se, para poder proteger su vida. Se puede transmitir un mensaje pero no utilizando nuevamente el cuerpo de la mujer como botín de guerra mediático”.
Consultada por una posible alternativa a esas fotografías, propone: “Si en Argentina una mujer cada 30 horas es asesinada ya con eso solo marcas cuál es el extremo de la violencia sin necesidad de mostrar ninguna imagen, eso ya es contundente. Por otro lado hay que destacar esta postura machista y patriarcal que lamentablemente muchas veces termina encerrando a la mujer en un límite de violencia”.
El fundador de la ONG Red Solidaria, Juan Carr, utiliza muchos los medios de comunicación y las redes sociales para denunciar desapariciones. “Soy muy agradecido a la prensa en general y a las redes sociales. Cuando pones en ellas historias humanas y expones sin amarillear con ternura y delicadeza, Argentina es muy generosa”, expresa en declaraciones telefónicas con este medio. En cuanto a la reproducción de fotografías de mujeres lastimadas, opina: “La imagen de una mujer maltratada me genera rechazo, aunque sea una actriz. Pero ante el silencio de no hablar del tema, prefiero una fotografía”.
La periodista Marcela Ojeda, una de las impulsoras de la campaña Ni Una Menos, sostiene que a su criterio sólo difundiría imágenes si tienen valor probatorio en una investigación y que hayan sido ya parte de expediente. No obstante, expone que “muchas mujeres encuentran en el pedido de difusión de sus imágenes la respuesta mediática o periodística que la Justicia no da”.
De la redacción de Perfil.com | Twitter: @BarbaraDefoix