La palabra nube hoy ya no remite al cielo o la lluvia, sino que se relaciona con cientos de archivos guardados en un mismo lugar y que, gracias a los avances en seguridad informática, están protegidos de todo tipo de personas o amenazas.
Todo esto es posible gracias a las buenas ideas de John McCarthy, el mismo que instaló el concepto de inteligencia artificial. En 1961, McCarthy pensó en apostar por la “computación colectiva”. Esto significa pensar en la computación como un servicio público en el que se pueda vender el uso del ordenador, el espacio y la memoria. Lo mismo que sucede con la luz o el agua.
El siguiente paso fue el uso de las redes para establecer comunidades entre usuarios con intereses comunes, una idea promovida por J.C.R. Licklider, que trabajó en el MIT en la década de 1950. Los usuarios, bajo este modelo, podían compartir información sin importar la ubicación de cada uno de ellos.
Red de redes. Más allá de estos primeros proyectos, no fue hasta la década de los 90 que se empezó a usar la palabra “nube”. En el mundo occidental tomaba protagonismo internet. Allí empezaron los primeros intentos de diseñar la nube, que viene del término en inglés cloud computing, y que es el procesamiento y almacenamiento masivo de datos. Hay servicios, algunos gratuitos y otros pagos, que guardan tanto tus archivos como información privada en internet.
Si bien se la conoce como una herramienta automática, son indispensables un buen soporte técnico y una gestión por parte de un profesional especializado en el tema. Esta es una de las problemáticas latentes respecto del uso de las bases de datos a nivel global.
“Es una solución moderna de almacenamiento y protección de datos con atención personalizada en español y para cada usuario”, explica Cristian Malaspina, CEO de DataWise, empresa que ofrece la herramienta de nube DataCloud. “Nuestro servicio diferencial se basa en la seguridad de los datos –que por ser un producto nacional, no salen del país–, la accesibilidad y la agilidad que brindamos a los usuarios a la hora de resolver problemas urgentes”, agrega.
En la actualidad, cada vez más gente utiliza la nube a diario y en muchos casos hasta sin saberlo. Por ejemplo, el correo electrónico. El mail almacena tu información en internet y te permite acceder a ella cuando quieras y de manera rápida. Es una herramienta pensada para todo tipo de usuarios, con o sin conocimientos en tecnología, a la que se puede acceder a través de dispositivos móviles o computadoras de escritorio.
El tráfico en la nube se habrá multiplicado casi por cuatro para el año próximo. Según Malaspina, “la herramienta está en auge y logrará almacenar 1,7 gigas al mes en 2020”, ya que se convirtió en un servicio esencial que facilita la seguridad y la organización de datos y trabajos sin riesgo de perderlos, y al alcance de un clic.