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SALIDA DE EMERGENCIA

Jack London y los ladrones de gallinas

Jack London en 1906, retratado por el fotógrafo Arnold Genthe.
Jack London en 1906, retratado por el fotógrafo Arnold Genthe. | Biblioteca del Congreso de Estados Unidos

Jack London fue, es sabido, un hombre de contradicciones. Pero ¿a quién le importa eso después de haber leído “Colmillo blanco” y “El llamado de la selva” en la infancia y “Martin Eden” en la adolescencia? De todas maneras, nunca está de más revisar, aunque sea al pasar, algunos de los trampolines, saltos y caídas de su vida, como los relacionados con la Revolución Mexicana, el sismo histórico “al lado de casa” que sacudió la imaginación -y hasta la acción- del escritor nacido en San Francisco. 

Para principios del siglo pasado, London era ya un militante socialista declarado. Cuando se enteró de la toma de Mexicali por parte de los revolucionarios Simón Berthold y José María Leyva bajo las órdenes de los líderes anarquistas Ricardo y Enrique Flores Magón, en 1911, el autor -que ya era muy conocido por “White Fang” y “Before Adam”, entre otras obras- se apresuró a escribir una carta pública de adhesión a la revuelta en Baja California. 

Dirigida a los “queridos valientes camaradas de la revolución mexicana”, el texto se publicó en febrero de 1911, pocas semanas después de la acción en Mexicali. 

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“Nosotros, socialistas, anarquistas, vagabundos, ladrones de gallinas, forajidos y ciudadanos indeseables de los Estados Unidos”, se lee en la carta (según la traducción en la clásica edición en español de “American and British Writers in Mexico, 1556-1973” de D. Wayne Gunn publicada por el Fondo de Cultura Económica), “participamos con el corazón y el alma en vuestro esfuerzo por derribar en México la esclavitud y la aristocracia”.

Sin embargo, en medio de la vorágine que fueron los últimos años de la vida del autor y aventurero -quien fallecería pocos años después, en 1916-, London daría una voltereta intelectual y profesional cuando aceptó el encargo de la revista Collier’s para cubrir la intervención estadounidense en México de 1914. 

Cuentan algunas leyendas improbables que London llegó a participar de la toma anarquista de Mexicali en 1911. Pero fue en 1914 cuando pasó -esta vez de verdad- seis semanas en México, escribiendo artículos que justificaban la operación militar estadounidense, incluso con argumentos algo racistas. Al mismo tiempo, reconoce un artículo de Adriana Díaz Enciso en Milenio, del 2014, retratando con inteligencia la situación social y económica de los mexicanos. 

Poco tiempo después, London “compensó” esa incursión militarista con la publicación en el Saturday Evening Post del sensible cuento “El mexicano”.

“La postura de London ante las vicisitudes de México en esos años turbulentos incurrió en contradicciones no menos tumultuosas”, apunta Díaz Enciso, quien cita a la hija del escritor, Joan, para recordar el “colapso moral” que llevaría al autor de “Colmillo blanco” a la muerte por posible suicidio el 11 de noviembre de 1916, cuando tenía apenas 40 años de edad.

A su regreso de México, dijo alguna vez Joan, London era “un hombre enfermo, física y mentalmente”, una condición que hace muy difícil ejercer la profesión de ladrón de gallinas.