Iván Petrella dejó un momento la mesa chica del Gobierno, que integra junto con otros intelectuales oficialistas como Pablo Avelluto, Jaime Durán Barba y Alejandro Rozitchner, para pasar por al aula de la Escuela de Comunicación. El político y asesor del macrismo, ex legislador porteño por el PRO y ahora al frente del programa "Argentina 2030" de la Jefatura de Gabinete, estuvo en el Ciclo de Entrevistas que organizan los estudiantes de Periodismo de Editorial Perfil para hablar sobre la grieta, la posición de Argentina a nivel mundial y el rol de la Iglesia en la sociedad.
-Tras el triunfo de Jair Bolsonaro en Brasil y Donald Trump en Estados Unidos, ¿cree que en Argentina pueden surgir candidatos de la misma corriente?
-Una de las cosas buenas que tiene la democracia es ese factor sorpresa que permite que lleguen al poder personas impensadas. Desde hace algunas décadas, los partidos tradicionales vienen sufriendo una crisis de representación, y esa crisis permite que asuman candidatos no tradicionales. Además, la poca representatividad de los candidatos con la ciudadanía agranda las posibilidades de que asuma un nuevo candidato poco convencional. Los partidos tradicionales deben replantearse el porqué de esto y tratar de revertirlo si quieren triunfar; tal es el caso de Alemania, donde el oficialismo lleva más de 15 años gobernando y está teniendo esta crisis de representatividad.
-¿El factor sorpresa en el 2019 no podría llegar a ser Cristina Kirchner quien, lidera las encuestas junto al Presidente?
-En la democracia todo es posible. Si bien falta mucho para las elecciones, hay algunos que dicen que el treinta y pico de Cristina Kirchner es el techo y no el piso. O lo mismo sobre Mauricio Macri. Pero sí, puede ser y hasta puede surgir otro candidato.
-En el marco de la crisis económica se habla de un "sacrificio compartido", pero ¿no cree que se le exige más a un sector que a otro?
-Hay que partir de la base que más o menos el 70 por ciento del presupuesto son jubilaciones y asignaciones sociales. Entonces, tenés un 70 por ciento que no podés tocar y que busca precisamente proteger a algunos sectores vulnerables que son los adultos mayores y la primera infancia. Donde hablamos del tema de “sacrificio compartido” es en la relación de la negociación con las provincias, en el contexto en que las provincias, después de muchos años, en conjunto tienen superávit. Y tienen superávit precisamente porque este Gobierno les gira mucha más plata de lo que les giraba el anterior y se les gira esa plata de manera no discrecional, y además pueden planear el presupuesto. Entonces, en el momento que uno tiene que dar y ceder, ahí está la idea de colaboración. Por eso, cuando digo lo del "sacrifico compartido" no me refiero a la ciudadanía: la responsabilidad de esto está en la clase política.
-¿Siente que los diálogos e ideas que tienen usted y otros intelectuales son tenidos en cuenta por Macri al momento de tomar decisiones?
-Mi experiencia con el Presidente es que es alguien que tiene una capacidad de escucha inusual. Le he escuchado decir en reuniones: "Esa idea es mejor que la mía, la vamos a tomar o la vamos a estudiar". Pero las decisiones las toma él y su equipo más chico, pero la capacidad de escucha que tiene es muy poco común.
-¿Cómo puede explicar la denominada "grieta"?
*Hay que entender que es un fenómeno global: en gran parte del mundo la política se ha vuelto más polarizada. En el caso argentino tiene un elemento adicional que se está empezando a vivir en otros países: el fenómeno del populismo. ¿Qué pasa con el populismo? Las recetas populistas eventualmente llevan a un callejón sin salida, pero parte del problema del gen populista es que impide reconocer los errores y por ende, no puede cambiar. Si sos incapaz de reconocer tus errores y el panorama se vuelve difícil, alguien debe ser culpable de que las cosas salgan salgan mal. Por ende, tenés que tener un enemigo. Y lo postulas desde el poder; postulas los que están y los que no están con el pueblo. Hoy este fenómeno argentino es un caso de estudio para muchos intelectuales del exterior. Lo dicen: "Ustedes son el primer país post populista del siglo XXI". ¿Cómo se sale de eso? No hay receta. Vos leés los libros que se están publicando hoy sobre el fenómeno populista y hablan de las cosas que vivimos en Argentina en la última década. No tienen la respuesta sobre qué pasa después. Desde mi punto de vista, las páginas de ese libro las estamos escribiendo hoy en Argentina y, no solamente el Gobierno sino desde la ciudadanía y desde los otros sectores de la política también.
-¿Este Gobierno no hace lo mismo que el populismo cuando se refiere constantemente a la "pesada herencia"?
-Desde mi punto de vista, no. Jamás vas a encontrar a este Gobierno y al Presidente escrachando diarios ni persiguiendo periodistas.
-¿Cuál es su sensación sobre la relación de la Iglesia y la política tras la misa en Luján?
-El catolicismo en América Latina y en Argentina, particularmente, siempre ha tenido un componente político, pero hay que diferenciar dos cosas: cuando se habla del catolicismo en la política, la Iglesia siempre tuvo una postura de crítica profética ante el poder, es decir, ponerse en el lugar de los pobres y criticar al poder. Creo que el problema está cuando la Iglesia da un paso más y se identifica con un partido político. Dentro de las religiones hay muchos teólogos progresistas que dicen que con ese siguiente paso se corre el peligro de caer en la idolatría, de pensar que la opción de Dios se puede reducir a una opción humana. Entonces, cuando vi la foto de los representantes de la Iglesia y los sindicalistas en Luján, me pareció percibir cierta confusión de roles en lo que es la relación de la Iglesia con el poder de turno y su vocación de crítica del poder. Muchas veces, la Iglesia confunde su rol al pararse al lado de un candidato o figura política, especialmente, cuando son candidatos que generan cierta controversia, cuya lealtad hacia los pobres a veces ha sido dudosa.
Margarita Elías, Patricia Miranda y Leandro Serby.
(Alumnos de Primer Año de Periodismo - Escuela de Comunicación de Editorial Perfil)