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Reparación histórica: reeditan libros prohibidos por la dictadura

Eudeba, la editorial de la UBA, volvió a imprimir los textos censurados tras el golpe. La colección se titula “Los libros son nuestros” y rinde homenaje a sus autores. Más de setenta mil ejemplares fueron secuestrados y llevados en camiones militares para ser quemados.

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Gonzalo Álvarez*

El 24 de marzo de 1976 nuestro país se desbarrancaba en una de sus noches más oscuras. El golpe de estado significó formalmente el quiebre, una vez más, del orden institucional y el quebrantamiento del sistema democrático de gobierno. En lo material el golpe significó tanto la implantación de un modelo económico excluyente a fuerza de sangre y represión, como el control ideológico y el terrorismo de Estado que convirtió a funcionarios públicos y cómplices civiles, en los autores de la más bestial represión hasta el momento conocida.

La actuación criminal del Estado fue acompañada de la clandestinidad como modus operandi. El destino de las operaciones no sólo tuvo como objetivo a militantes políticos y sociales, sindicalistas y estudiantes. Alcanzó todas las esferas de la vida social. La barbarie también desembarcó en la cultura con todas sus fuerzas.

El febrero de 1977, el entonces director ejecutivo de Eudeba –la Editorial de la Universidad de Buenos Aires–, Luis Pan, llamó al comandante del Primer Cuerpo del Ejército, Carlos Guillermo Suárez Mason, y le dijo: “vení a buscarlos, los libros son tuyos”.
Así, más de setenta mil ejemplares correspondientes a unos veinte títulos publicados por Eudeba fueron secuestrados por camiones del Ejército y más tarde quemados. Los libros habían sido retirados de circulación durante los dos años anteriores.

Este terrible episodio es uno de los golpes que sufrió la Editorial en la dictadura y que han sido rigurosamente expuestos por Hernán Invernizzi en su libro Los libros son tuyos. Políticos, académicos y militares. La dictadura en Eudeba (Eudeba, 2005). El siniestro menú incluyó persecuciones, amenazas, torturas y la de-saparición de algunos de los colaboradores de la editorial. Si quiere ahondarse en la mecánica de la acción de la dictadura sobre la cultura Eudeba sirve de caso paradigmático.

Sin espacio.  Ampliando el plano pueden verse claramente los efectos de la dictadura sobre la universidad. Al menú de la barbarie se le suma la ausencia absoluta de un clima propicio para la creación intelectual. Las listas negras, las cesantías, las exclusiones por pertenencia política y la delación fueron moneda corriente.

El período 1976-1983 es el único en la historia de la universidad argentina en el que la matrícula descendió en términos absolutos. La universidad expulsó miles de estudiantes de la mano de los exámenes de ingreso con cupo, el arancelamiento y el control ideológico y la persecución política. La dictadura no dejaba espacio para el pensamiento crítico, lo aplastaba.

Este año registra otro aniversario trágico para la universidad, la ciencia y la cultura argentinas. El 29 de julio se cumplen cincuenta años de La Noche de los Bastones Largos, denominada así por el periodista Sergio Morero. Ese día fuerzas de la Policía Federal desalojaron a bastonazos a los profesores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, que se resistían a cumplir las órdenes de la dictadura del general Onganía. Ese episodio dio lugar al mayor éxodo de científicos que conoció nuestro país con sus consecuencias evidentes en la pérdida de masa crítica para el desarrollo científico nacional. Este año dos publicaciones de Eudeba darán cuenta y testimonio de ello.

Primera persona. Eudeba es un buen termómetro de la cultura argentina de los últimos sesenta años. Todo lo bueno y todo lo malo que le tocó vivir y sufrir a la cultura argentina también le tocó vivir y sufrir a Eudeba. Todo pasó en Eudeba: desde la época de oro de su fundación, con Reinaldo Orfila Reynal, José Babini y Boris Spivakow a fines de los 50, construyendo una de las experiencias culturales más innovadoras y trascendentes de la Argentina, hasta llegar al descenso al infierno de las persecuciones, desapariciones físicas y el secuestro y quema de libros.

En 2013, al cumplirse treinta años del restablecimiento de nuestra democracia, el directorio de Eudeba resolvió rendir un homenaje a los libros quemados por la dictadura, a sus autores y editores, reeditando esas obras secuestradas y quemadas, reuniéndolas en una nueva colección que lleva por nombre “Los libros son nuestros”. Afirmar que “los libros son nuestros” significa responder a esos hechos de barbarie de la mejor forma, apostando a la cultura, a la circulación de las ideas, a la reivindicación de la labor de autores y editores y del derecho de los lectores a poder acceder plena y libremente a éstos.

La colección se integra con los siguientes títulos:  Manuel Ugarte, por Norberto Galasso (dos tomos); Neocapitalismo y comunicación de masa, por Heriberto Muraro; Libre empresa o nacionalización de la industria de la carne, por Rodolfo Puiggrós; La revolución peronista, por Héctor J. Cámpora; La revolución chilena, por Salvador Allende; La batalla de Panamá, por Omar Torrijos; La revolución peruana, por Juan Velazco Alvarado; Bases históricas de la doctrina nacional, por Eduardo Astesano; El presidente colgado, por Augusto Céspedes; y La misión Ponsonby, por Luis Alberto de Herrera (dos tomos).

Eudeba resolvió rendir este homenaje que es también un acto de reparación. Algunos de los libros aquí reeditados mantienen su actualidad y otros conservan un valor histórico y documental, pero en todos los casos su reedición nos sirve para mantener viva la memoria sobre estos trágicos hechos y nos permite transmitir a las nuevas generaciones el valor del respeto por el estado de derecho y la democracia, y recordar que estos acontecimientos sucedieron hace muy poco tiempo si uno los contempla desde una perspectiva histórica. Mantener la memoria viva es un medio para prevenir la vuelta a la barbarie.

Paralelamente Eudeba lanzó otra nueva colección  “Hecho y por hacer” que, también desde la misma plataforma de reflexión que nos presentan los más de treinta años de la democracia en la Argentina y cuarenta años del golpe de estado, pretende constituirse en un foro para el debate sobre los temas sustantivos que han signado la transición democrática y que se proyectan hasta la actualidad.

Rendir un homenaje a quienes sufrieron en primera persona el autoritarismo, por un lado, y contribuir a la prospectiva de los grandes temas nacionales, por el otro, son las contribuciones que la Editorial de la Universidad de Buenos Aires ha pensado para la conmemoración que la sociedad argentina y nuestra joven democracia se deben.

*Presidente de Eudeba.