Ricardo López Murphy participó de una videoconferencia de prensa organizada por estudiantes de Periodismo del Posgrado en Periodismo de Investigación de Grupo Perfil y Universidad del Salvador (USAL), donde afirmó que "Argentina sufrió más que la región y que el mundo" porque la pandemia destruyó "su mercado de capitales, su moneda y su sistema financiero".
El ex ministro de Economía de la Alianza y referente del espacio Encuentro Republicano criticó que el Gobierno le quite ingresos por coparticipación a la Ciudad, cuestionó el manejo de la pandemia y anticipó una dura reactivación económica. "Mi conclusión es que estamos en un estado de fragilidad extrema, en una crisis gravísima que va a hacer caer el producto como 12% o 13%, bastante más que en 2002", aseguró López Murphy en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.
—¿Argentina enfrenta una de sus peores crisis económicas o se podrá recuperar en poco tiempo?
—El virus generó una crisis mundial, que va a costar entre 7 y 8 puntos del producto de manera permanente. Esa pérdida no se va a recuperar. Eso significa para el mundo una crisis muy grande. La región, que era más frágil que el mundo, sufrió más porque tenía menos mercados de capitales y menos instrumentos para reaccionar. Y Argentina sufrió más que la región y que el mundo porque destruyó su mercado de capitales, su moneda y su sistema financiero. Desde 1970 a 2020 tuvimos un 83% de inflación anual y emitimos al 85% anual. Nadie se ha hecho cargo de haber subsidiado, de haber traído al Gran Buenos Aires millones de personas. Si usted pone los subsidios es como la miel para las moscas. Esa fue una política equivocada de Argentina en los últimos 70 años, pero sobre todo en los últimos 20 años. Mi conclusión es que estamos en un estado de fragilidad extrema, en una crisis gravísima que va a hacer caer el producto como 12% ó 13%, bastante más que en el 2002.
—¿Usted cree que esta crisis es más grave que la de 2001?
—Creo, sin duda, que esta crisis será mucho más grave que la de 2001. En ese entonces se produjo una conjunción de factores internacionales muy serios: la crisis asiática, que nos derrumbó el precio de las commodities; la caída de las commodities, que hizo caer a Rusia; y hubo una caída del precio del petróleo. Esa triple crisis volteó a Brasil en enero 1999 y llevó a Argentina a una situación muy complicada. Pero veníamos de una década de altísima inversión, con muchos años de crecimiento y recuperación. Ahora no tenemos reservas ni accesos a los créditos internacionales y tenemos un enorme crecimiento de la expansión monetaria, que lo tenemos reprimido colocando deuda en el Banco Central y en los bancos del sistema financiero. El gobierno anterior nos dejó sin déficit primario y con una cantidad de dinero incontrolado y eso ha explotado. ¿Se acuerda cuando Alberto Fernández criticaba las Leliqs en la campaña electoral? Las Leliqs eran 45 mil millones de dólares en diciembre con Cristina Fernández de Kirchner, eran 15 mil millones de dólares con Mauricio Macri en noviembre de 2019 y ahora son 40 mil millones de nuevo con Alberto Fernandez. Hay que mirar los números nada más.
—¿Qué porcentaje de responsabilidad le atribuye al macrismo y al kirchnerismo respecto a los problemas que menciona?
—Argentina tuvo un 400% de inflación en el siglo XIX. En el único periodo que tuvimos menos inflación que Estados Unidos, con más crecimiento, fue entre 1890 y 1945. De 1945 a 1974 tuvimos un 30% de inflación promedio. Desde 1975, con el Rodrigazo, tuvimos una inflación de tres dígitos. Luego tuvimos dos hiperinflaciones: una al final de Raúl Alfonsín, que llegó al 5000%, y otra cuando fallaron los planes de Carlos Menem, cuando la inflación llegó al 21.000% en marzo de 1990 contra marzo de 1989. Me parece que esa es una cuestión que ha sido colectiva. Ahora, el propio Gobierno ha reconocido en los documentos presentados a los acreedores internacionales, que entre 2005 y 2015 hicieron una expansión del gasto infinanciable, donde subieron el gasto, prácticamente lo duplicaron, y eso ha quebrado el sistema fiscal y eso ha destruido la moneda. Si usted quiere la responsabilidad entre 2005 y 2015 es clara de Cristina Fernandez de Kirchner.
—¿Cuál es su visión de la situación monetaria y económica de acá a diciembre?
—Es muy delicada la cantidad de dinero adquirido, en niveles que no se ha alcanzado hace mucho tiempo y en particular la deuda de Leliqs en pases es, extraordinariamente, elevada. También debo reconocer que en julio y agosto, el Gobierno hizo un esfuerzo en contener esta explosión y eso se nota en los mercados, que ha habido una política más prudente. Yo creo que cuanto antes lleguen a un acuerdo con los organismos multilaterales y sepamos cuales son los números, tendremos un mejor panorama. Pero me parece que se vienen meses muy difíciles. De ahora en más o vamos a una política muy cuidadosa o tendremos una inflación de Leliqs.
—¿Qué opinión tiene respecto al reclamo de la Policía Bonaerense?
—Lo más importante en este momento es recomponer la cadena de mandos y la disciplina en las fuerzas de seguridad, por supuesto, atendiendo las dificultades que hay allí en materia de desfasaje salarial y en materia de equipamiento. Cuando surgen confusas indicaciones desde el poder, cuando no se tienen claras instrucciones, el rol del policía es, extraordinariamente, difícil. Lo es en toda la sociedad, y mucho más en una circunstancia donde la liberación de delincuentes y la intrusión auspiciada por figuras oficiales genera un determinado desgaste. Y lo que es más difícil explicar es como nadie estaba advertido. Creo que hay un problema de gobernabilidad en la Argentina muy serio porque el discurso oficial no reconoce el problema estructural.
—¿Usted cree que Cristina Kirchner está detrás de la ruptura del diálogo entre Nación y Ciudad?
—Nunca soy partidario de las cuestiones conspirativas, yo trato el problema institucional. Ese problema institucional entre la Nación, las provincias y CABA, se había resuelto en el consenso fiscal en diciembre del 2017, donde hubo un acuerdo y se rebajó la coparticipación de la Ciudad de 13,25 a 3,50. Y esos datos están en la ley que se firmó y en el consenso fiscal. Entonces sería absurdo para cualquier orden institucional federal que el gobierno federal le pudiera quitar el 30% de los recursos a un gobierno de un signo opuesto. Eso requiere de sentido común, porque si usted puede hacer eso, se acabó la república.
—Agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas y lo invitamos a realizar un comentario final para cerrar el reportaje.
—Celebro esta oportunidad. En primer término, esta transparencia que hemos tenido en esta conferencia de prensa y también que me hayan elegido para hacer esta tarea. Creo haberles dado una indicación que como futuros periodistas es muy importante mirar los datos. Nuestro liderazgo tiene la tragedia que están mal preparados, informados e ignoran los datos, entonces eso es muy delicado, notorio y generalizado. Por eso, les agradezco la oportunidad que me han dado, la educación y la tolerancia.
Por Sol Laila Gómez y Gabriel Irungaray
Estudiantes de Periodismo
Posgrado en Periodismo de Investigación Perfil-USAL