Al pianista Horacio Lavandera, lo atraen los desafíos. Durante la pandemia, realizó un concierto vía streaming en octubre de 2020, donde se atrevió a hacer una versión adaptada de un tema de Queen, además de obras clásicas y contemporáneas. Ahora, vuelve a los escenarios porteños con una nueva presentación en vivo que realizará el 30 de septiembre en el teatro Coliseo (y que debió ser postergada en abril) en la que homenajeará a Astor Piazzolla en el centenario de su nacimiento y, además, incluirá piezas del estadounidense George Gershwin.
- - ¿Qué busca expresar con este nuevo concierto?
- - Que no nos olvidemos que frente a todo lo que nos está pasando ésta es una ciudad con una fuerza increíble. La música de Piazzolla y Gershwin es muy especial, la mejor expresión de lo que es la vida en una gran metrópoli americana. Toda esta energía es muy contagiosa. El querer tocar en Buenos Aires este tipo de músicas es algo muy natural por el momento que estamos pasando. Tanto la pulsación de Nueva York como la porteña es persistente, llena de vitalidad, es extraordinaria. Esta música es el reflejo de una energía que no se detiene nunca, que está en constante cambio y desarrollo. Refleja la vida en estas ciudades.
- - ¿Qué nuevo sonido buscás darles a las nuevas versiones que va a hacer?
- - Cada vez que uno toca esta música es algo muy especial. Hacía mucho tiempo que no tocaba a Piazzolla en Buenos Aires y nunca había ejecutado acá a Gershwin, va a ser la primera vez para muchas cosas. En un streaming que hice en octubre los toqué, pero no había público. Eso, por un lado, por el otro el Coliseo es el lugar ideal. Hay salas que tienen mucha resonancia, lo típico para tocar música de Chopin, Beethoven. Eso es muy importante porque esta música está diseñada para que el sonido se genere de esa forma. Cuando uno toca a Beethoven en Alemania lo disfrutás mucho. El Coliseo, como es un teatro mucho más seco, es ideal para las obras de Piazzolla o Gershwin, hay un gran cambio armónico. Gershwin toma otras ideas, busca otro tipo de acordes y melodías, hay una actividad rítmica muy notoria y distinta a la de Brahms o Beethoven. El tipo de sonido en el que está el piano ahora, también sirve mucho porque es muy brillante y no sería bueno para la música clásica, pero para esta sí. Hay muchas razones por las que estoy contento de tocar en el Coliseo.
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- - Normalmente, prepara dos años las presentaciones, ¿cómo hace en estos casos donde los tiempos son más cortos y cambiantes?
- - Los plazos en estas condiciones son más imprevisibles y lo que pueda surgir de cara al público puede ser de un día para el otro, no tiene nada que ver con la preparación normal. Estoy educando en una familia de músicos desde mi tatarabuelo. Lo que me decía mi padre era que. si me quería dedicar a la música. tenía que estar cien por ciento preparado. Siempre lo estoy, armando mis nuevas obras, estudiando nueva música. Entonces, por más de que surja a último momento, está claro que son obras que ya estuve tocando mucho y por las cuales recibí muchos premios, es un repertorio que quiero mucho y muy interesante que se dé en este momento, son los cien años de Astor Piazzolla. No es lo mismo que tocar música clásica, es algo que le llega directamente a la gente. No digo que no disfruten Beethoven, pero la relación con Buenos Aires no es lo mismo. Quiero disfrutar y mostrar que a pesar de la pandemia se puede disfrutar un poco.
Entrevista concedida al programa “Voces y memorias”, que se emite los martes a las 20 por Eco Medios AM 1220.
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