En sus elecciones de octubre, Brasil movilizará muchas más tropas de lo habitual debido a los elevados niveles de amenaza, dijo el ministro de Defensa, general Joaquim Silva e Luna, en una entrevista.
Si bien normalmente se llama a la presencia de los efectivos militares para reforzar la seguridad durante las elecciones, es probable que las cifras sean mucho más altas que en años anteriores, dijo Silva e Luna a Bloomberg News en Brasilia sin proporcionar cifras específicas. Las amenazas incluyen pandillas armadas que buscan influir en las votaciones, ciberataques y una atmósfera general de tensiones políticas, señaló.
"Las cantidades pequeñas de tropas no generan la disuasión esperada", dijo Silva e Luna. "La preocupación es mayor porque las amenazas son más grandes, por lo que las garantías deben reforzarse".
El general de cuatro estrellas del Ejército habló antes de un viaje a Israel, donde se reunirá con autoridades para que le ayuden a fortalecer la ciberdefensa de Brasil.
Agobiados por años de corrupción y recesión, los votantes brasileños están profundamente desilusionados con su clase política y están cada vez más divididos. En ese contexto, la violencia se ha convertido en una de las principales preocupaciones del electorado. Cerca de 60.000 asesinatos se registraron en 2015, el último año para el cual hay cifras disponibles y, entre 2011 y 2015, el país registró más muertes violentas que Siria, según el Foro Brasileño de Seguridad Pública.
Ante estos niveles de violencia, la popularidad del ex capitán del Ejército, Jair Bolsonaro, quien defiende propuestas para tomar medidas enérgicas contra el crimen, no es ninguna sorpresa, dijo el general Silva e Luna.
"Como militar, Bolsonaro lleva a cabo nuestra cultura de disciplina, honor y respeto", dijo el ministro. "No tiene ninguno de los pecados por los que se critica a otros candidatos", agregó en referencia a la corrupción y la corrección política asociadas a otros contendientes.
Silva e Luna también elogió a docenas de otros exmilitares que se postularon para un cargo público en las elecciones de este año. "Todos ellos son militares retirados, por lo que no hay ningún obstáculo legal. Incluso los soldados activos pueden postularse siempre y cuando se retiren si son elegidos".
Si bien las fuerzas armadas siguen siendo unas de las instituciones que inspira mayor confianza en Brasil, su postura más proactiva y directa en los últimos años ha generado inquietud entre algunos políticos y líderes de los derechos civiles.
