POLICIA
hubo un nuevo rastrillaje negativo

Ya pasaron diez días y todavía no hay pistas firmes de la odontóloga

Gissella Solís no volvió a comunicarse con su familia desde el 15 de enero. Los investigadores siguen las huellas de una camioneta amarilla.

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Sin pistas. Los efectivos policiales recorrieron distintas zonas de la ruta 11 en busca de algún indicio de Gissella, la mujer desaparecida en Berisso. | Ministerio de Seguridad de Buenos Aires

¿Dónde está la odontóloga? Pasaron diez días y todavía nadie logra responder esa pregunta. Para colmo, los últimos rastrillajes no hicieron otra cosa que sumar más dudas a un misterio que no se termina. Ayer, cientos de policías regresaron a la ruta que une La Plata con Magdalena siguiendo la pista de un testigo que asegura haber visto la camioneta del sospechoso girando en “U” a la altura del arroyo El Pescado, pero no encontraron nada.     

En total, se rastrillaron 23 kilómetros: 17 a la vera de la ruta 11 y 6 en el camino que lleva hasta el balneario La Balandra, en la ciudad de Berisso. “No encontramos nada de interés, seguimos en lo mismo”, confesó un jefe policial que participó de todos los operativos.

La desaparición de Gissella Solís Calle (47) es el caso que acapara toda la atención de la Policía de Buenos Aires. Por estas horas, la clave pasa por reconstruir los últimos movimientos del principal sospechoso y pareja de la víctima, Abel Casimiro Campos (55). ¿Qué hizo entre la medianoche del miércoles 16 de enero y la noche del jueves 17? ¿Salió solo de Berisso? ¿Dónde durmió después de la supuesta discusión? ¿Regresó a su casa de City Bell?

El caso Gisella Solís.
Cronología del caso de Gissella Solís.

“Hay varias líneas investigativas”, responde el mismo detective acerca de las hipótesis de trabajo. La principal es que fue envenenada, aunque lógicamente nadie se anima a apostar fuerte por esta teoría por una sencilla razón: no tienen el cuerpo.

La pista del envenenamiento surgió a partir del hallazgo de un insecticida muy potente que encontraron entre las pertenencias de Campos en la habitación 12 del hotel Catedral, donde el domingo pasado se quitó la vida de un disparo en la cabeza. Por esa razón, la fiscal Ana Medina –a cargo de la investigación– ordenó peritar dos copas de vino sin lavar que encontraron en la casa de la odontóloga.  

El caso Gisela Solís

Los pesquisas están convencidos de que el ex combatiente de Malvinas salió de la casa de la odontóloga, en las calles 127 entre 57 y 58, Berisso, después de la presunta pelea. Lo que no saben es si a esa hora la mujer estaba viva o muerta.   

Como contrapartida, la familia de la víctima todavía mantiene la esperanza de encontrarla con vida. Creen que podría estar desorientada en un lugar lejano a su domicilio, una situación poco probable.

El caso Gisella Solís.
Cronología del caso de Gissella Solís.

Búsqueda. La fiscal a cargo de la investigación había anunciado este miércoles que no iba a pedir más operativos hasta no obtener una pista firme. Un día después cerca de un centenar de policías iniciaron un nuevo rastrillaje que reavivó la ilusión de una familia que busca conocer la verdad.

Los investigadores marcaron la ruta 6, a la altura de Etcheverry, a partir de los datos que arrojaron las antenas de los celulares que ubican en la zona a la pareja de la odontóloga. Durante cerca de tres horas, policías a caballos, peritos de la Científica y caminantes recorrieron varios kilómetros en busca de indicios, pero no encontraron casi nada.  

Entre otras cosas, trabajaron en una funda para tapizados de autos y también se detuvieron en una bolsa que contenía huesos, aunque rápidamente advirtieron que se trataba de los restos de un animal.

Los voceros consultados por este diario señalaron que se llevaron para analizar distintas prendas de vestir, un tul de color rosa y, como en el operativo del martes pasado, dos sábanas.  

Siguiendo el dato de un testigo que asegura haber visto la camioneta del sospechoso en el camino a Magdalena, la fiscal ordenó rastrillar la ruta 11, en el cruce del arroyo El Pescado, en La Plata, y el camino que conduce a La Balandra, el balneario más importante de la ciudad de Berisso.  

El caso Gisella Solís.
Cronología del caso de la odontóloga.

En los operativos trabajaron peritos, policías y hasta perros rastreadores de cadáveres. Como no obtuvieron resultados, hoy volverán al mismo lugar.   

Misterio. Gissella desapareció el martes 15 de enero después de encontrarse con su pareja en su casa de Berisso. Al día siguiente, Abel Campos registró su huella dactilar en el ingreso a su trabajo en IOMA La Plata (46 entre 12 y 13), a las 6.57 de la mañana.

Según fuentes policiales, dos cámaras de seguridad ubican al acusado en las esquinas de 13 y 45 (11.45 AM) y 1 y 50 (12.37 PM).  

Campos dijo que el miércoles regresó a la casa de la odontóloga para terminar una discusión del día anterior pero aclara que ella no le abrió la puerta. Sin embargo, no hay cámaras ni testigos que sostengan su versión y un amigo suyo reconoce que ese día, cerca de las 2 de la tarde, estuvo con él en la ciudad de Guernica. ¿Por qué mintió?

Al día siguiente, el ex combatiente llevó su camioneta a un taller mecánico y lavadero de la localidad de Villa Elisa, en calles 51 y camino Centenario. No era cualquier lugar. Con el dueño mantenía una relación de amistad porque también había sido combatiente de Malvinas. Pidió que le limpiaran el baúl.

Crecen las sospechas de que la odontóloga desaparecida fue envenenada

Por la noche, Campos dejó la ciudad de La Plata. Se tomó un colectivo en la terminal de ómnibus, cerca del lugar donde una mujer encontró el teléfono celular de la víctima. Llegó a la localidad de Tamangueyú (Lobería), y se reencontró con su esposa y sus dos hijos.

Recién el domingo regresó a La Plata, pero llamativamente no se quedó en su casa de City Bell: se hospedó en el Hotel Catedral, de calles 49 entre 14 y 15, en el centro de la capital provincial y cercano a su trabajo. A la medianoche, personal policial intentó contactarlo para tomarle declaración. Campos no abrió la puerta. Y antes de que el encargado buscara otra llave se pegó un tiro en la cabeza. El hombre que podía revelar el paradero de Gisella había elegido morir. A partir de ese momento, los investigadores buscan reconstruir sus últimos movimientos, sobre todo entre la medianoche del miércoles 16 y la noche del día siguiente.

Un ex combatiente que llevaba una doble vida

La guerra de Malvinas lo marcó a fuego. Como muchos de los ex combatientes, Abel Casimiro Campos (55) participaba de eventos, encuentros y conferencias. De hecho, su trabajo en la sede de IOMA de la ciudad de La Plata tenía relación con su experiencia en la guerra. Es que la pareja de Gissella Solís Calle (47) formaba parte del Departamento de Veteranos que fue creado en el año 2000 .   

La muerte estaba más que presente en la cabeza de Campos desde que pisó Malvinas. En una entrevista que brindó en el año 2015 llegó a contar que su trabajo “era muy duro” y que tres amigos se habían suicidado poco tiempo atrás.

Aunque pocos lo sabían, el principal acusado por la desaparición de la odontóloga llevaba una doble vida. Hacía seis años que estaba de novio con Gissella, pero la relación estaba deteriorada desde 2016, cuando ella supo que él tenía una familia oficial en Tamangueyú, un pueblito cercano a Lobería.

Campos vivía de lunes a viernes en City Bell, pero los fines de semana regresaba a su casa del interior de la provincia. Convivía con su papá, su hermano y la hija de éste, aunque muchas veces dormía en la casa de la odontóloga.

No hace mucho su hija se mudó a un departamento de La Plata para cursar una carrera universitaria, un motivo más para que Campos decidiera ocultar su relación con Gissella.  

Su esposa fue citada a declarar y aseguró que desconocía la relación entre su marido y la odontóloga, aunque sí reconoció que alguna vez supo de algunos de sus amoríos.