Algo que me quedó grabado de chica es la palabra que usaba mi mamá para describir su profesión en la tarjeta de Migraciones. “Industrial”, escribía, una y otra vez. No ponía “empresaria” industrial, sino solo “industrial”. Entendí muchos años después el peso simbólico que tenía esa palabra, además escrita por una mujer, en los años 80 o los 90.
No es novedad que el mundo empresarial, como la mayoría de los mundos en los que todavía vivimos, sea predominantemente masculino. Más aún el mundo industrial. Pero los tiempos y nuestros mundos cambian. Esta semana la Unión Industrial Argentina conformó por primera vez en su historia una junta directiva con un 10% de mujeres.
Como mujeres industriales, tenemos la responsabilidad de abrir camino a muchas más. Cada una con su historia y su recorrido, son ejemplos de liderazgo y fuente de inspiración.
Todas tenemos una relación directa desde hace años con nuestras plantas, y con los desafíos cotidianos de producir en Argentina, con nuestra historia zigzagueante y políticas cambiantes. Decidimos dedicar una parte importante de nuestro tiempo a representar a nuestros sectores y nuestras regiones. ¿Por qué? Porque entendemos que como empresarias y como industriales podemos aportar una visión de país que sirva al diseño de políticas públicas que lleven a Argentina al desarrollo.
La UIA está conformada por 52 cámaras, sectoriales y regionales. Ocho de esas cámaras confiaron en mujeres para representarlas: autopartes, plásticos, navales, papel, alimentos; y las regiones de Salta y provincia de Buenos Aires. La agenda de paridad y diversidad es un proceso largo, pero de paso indetenible. En el caso de la UIA, cuenta con el impulso de muchos hombres que toman el desafío como propio, entre ellos el del actual presidente, Miguel Acevedo, y la conducción que lo acompaña. Su generación fomentó en 2012 la creación de un espacio joven, un semillero que ha sido crucial para el ingreso de mujeres a su cúpula dirigencial: la UIA Joven tiene una participación femenina que es por lo menos tres veces superior a la de la UIA.
Estos avances en las instancias de representación empresarial son también un reflejo de lo que pasa en nuestras plantas, donde más mujeres se animan a seguir carreras profesionales y laborales ligadas a la industria. El camino no está libre de obstáculos, por eso una de nuestras responsabilidades es la de ayudar a mejorar la empleabilidad de las mujeres con una mirada 360 grados que equipare las condiciones. Si bien es una agenda propia del ámbito público, requiere una importante articulación con el sector privado.
Hace unos meses en Industrias Guidi nos sumamos a la iniciativa Las argentinas trabajamos, que busca visibilizar y valorar a mujeres que hacen un aporte al desarrollo del país en múltiples ámbitos. Tres mujeres de nuestra planta de Zárate, María de los Angeles Maidana, Micaela Martínez y Eliana Reynoso, cuentan allí cómo es operar un autoelevador, soldar en una planta autopartista y ser supervisora de producción. Cuando las veo y cuando nos veo, vuelvo a pensar en mi mamá y su tozudez en definirse como “industrial”, a secas. Hoy es más fácil para nosotras. Espero que pronto sea todavía mucho más fácil para muchas más.
* Empresaria en Industrias Guidi. Es la primera mujer en integrar el Comité Ejecutivo de la Unión Industrial Argentina. Ex sherpa ejecutiva del B20 Argentina.