De a poco, pero sin pausa, las mujeres hemos ido ganando espacios y ocupando cada vez más lugares claves tanto en el campo como en el gremialismo y vamos ganando terreno a la par del dinamismo del sector.
En mi caso, me acerqué inicialmente a la Sociedad Rural de General Villegas para colaborar como revisora de cuentas porque consideré que el gremialismo rural era una forma de involucrarse con los problemas que los productores enfrentamos a diario, con el lugar y con el sector en el que uno trabaja. De este modo, fui haciendo varias tareas en la Rural de Villegas hasta que llegué a la presidencia. Nunca quise pedir tratos preferenciales por el simple hecho de ser mujer, me gusta trabajar a la par de quienes conforman el equipo de trabajo en el campo y en el gremialismo. Cuando tuve que ocupar el lugar de mi padre hace muchos años a la gente le costaba un poco que les diera las indicaciones una mujer, eran otros tiempos. Pero cuando uno trabaja a la par y da el ejemplo, enseguida surge el respeto. Si hay que recorrer el campo con lluvia, allá estoy, hay que trabajar a la par. La mirada de una mujer puede sumar cierta intuición, sabemos ayudarnos mutuamente, armar redes y generar acciones solidarias.
Quiso el destino que mi mandato en la Rural de Villegas coincidiera con uno de los hitos más fuertes del ruralismo argentino, con aquel momento histórico, cuando el campo se manifestó junto con toda una sociedad para decir basta al avasallamiento que en ese momento sufría no solo el sector rural sino también las instituciones y la división de poderes. Fue un honor ser parte de las movilizaciones al Monumento de la Bandera en Rosario, al Monumento de los Españoles en Buenos Aires, y en las rutas. Ese año, 2008, marcó un quiebre en el sector, que pudo salir tranqueras afuera y alzar su voz. Tuvimos en ese momento verdadera dimensión de lo que significamos para el país y de lo que somos capaces de hacer cuando defendemos nuestros legítimos derechos.
Por eso, desde el lugar que ocupo hoy en la Sociedad Rural Argentina, a cuya comisión directiva ingresé como la primera mujer, creo que es mucho lo que podemos hacer, recuperando el liderazgo que la Rural supo tener en el gremialismo agropecuario.
Desde nuestro espacio vamos a trabajar para darle al campo la representatividad y el lugar que debe tener. Y en el caso particular de la mujer rural, sabemos que en muchos casos vive sin conectividad, con escaso acceso a infraestructura, a la salud y a la educación, que en general está sobrecargada de trabajo, con superposición entre sus tareas familiares y profesionales. Por eso, tenemos que trabajar para que esa realidad pueda transformarse para que cada vez más mujeres puedan desarrollarse en los ámbitos donde viven, y que así aumenten también los lugares que ocupamos en los puestos de liderazgo y de toma de decisiones vinculados al campo. Sin duda, tenemos mucho más para aportar.
*Productora agropecuaria y dirigente de la Sociedad Rural Argentina.