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opinión

No hay equidad sin desarrollo, ni desarrollo sin equidad

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Industria. Uno de los mayores desafíos, apuntalar la equidad en sectores percibidos “masculinos”. | bice

En un contexto internacional cambiante e incierto generado por el impacto del covid-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania, Argentina se encuentra ante la oportunidad única de alcanzar su desarrollo con la producción de bienes estratégicos que hoy demanda el mundo. Sin embargo, si queremos construir una sociedad justa, solidaria e igualitaria, debemos atender una condición ineludible: reducir las inequidades y las brechas de género que existen en todos los ámbitos, entre ellos la actividad empresarial y el acceso al financiamiento.

De acuerdo con datos del estudio “Género y acceso al financiamiento empresario en Argentina” (Auguste y Galetto, BID, 2020), en el país solo el 8% de las empresas son lideradas por mujeres, valor muy por debajo del 21,4% de América Latina y el Caribe (ALC) y frente al 18% en el mundo. Además, el 60% de estas empresas encuentra dificultades para acceder al financiamiento y solo el 20,5% financia sus inversiones con créditos bancarios, frente al 42,9% en el caso de los hombres. La cifra empeora aún más en el caso de las pequeñas y medianas empresas.

El trabajo también destaca que la brecha de género en el acceso al crédito empresario en Argentina es muy alta y es una barrera fuerte para el desarrollo de empresas lideradas por mujeres. Asimismo, recomienda que las entidades bancarias generen propuestas de valor exclusivas para este sector. 

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Solo con políticas públicas destinadas a favorecer a las mayorías podrá darse un verdadero paso en ese sentido. Claro está que con una ideología neoliberal como la que nos precedió, solo se alimentó la especulación y se debilitó a la Argentina productiva, alejando al país cada vez más de la inclusión e incrementando los niveles de pobreza. 

Nuestro gobierno, en cambio, se propuso asistir a la población, rescatar a las empresas y reconstruir el entramado industrial. En ese marco, la actual gestión del BICE se comprometió desde su inicio con el impulso de la inversión y el comercio exterior de todo el abanico productivo, especialmente las pymes, columnas centrales para el desarrollo del país. Con ese mismo énfasis, el banco se puso a trabajar e impulsar una agenda de género que persiga resultados concretos en la inclusión de más mujeres en el entramado productivo y empresarial. 

Con esa óptica, el banco implementó acciones tanto externas como internas: contamos con el programa integral Mujeres que Lideran, para apoyar a las empresas lideradas por mujeres y acompañar su crecimiento por medio de diferentes servicios, tanto financieros como no financieros.  

La línea de créditos para financiar inversiones productivas con tasa especial del Fondep del Ministerio de Desarrollo Productivo incluye un cupo especial del 20% para pymes lideradas y/o conformadas por mujeres y financia el 100% de los proyectos. 

Creamos el Comité del Directorio de Género y Diversidad para impulsar iniciativas y estamos trabajando por incluir este componente en todas las decisiones del banco. Por primera vez en la historia contamos con tres mujeres (43%) en el Directorio. 

Compartimos conocimientos y trabajamos en equipo con diversas organizaciones nacionales y multilaterales para contribuir a generar soluciones para las mujeres empresarias en todo el sistema financiero, como las acciones que realiza la Comisión de Género del Protocolo de Finanzas Sostenibles, la cual integramos. 

Organizamos y promovemos una importante propuesta de capacitaciones de sensibilización y concientización en cuestiones de género a todo el personal, incluida la correspondiente a la Ley Micaela. 

Creamos un sistema informativo integral para conocer el impacto con orientación de género de toda la política crediticia del banco que fue considerado un ejemplo de buenas prácticas inclusivas por parte del Ministerio de Desarrollo Productivo.

Desde el BICE, como banco de desarrollo, estamos convencidos de que esta agenda deberá ser impulsada en forma conjunta por los diferentes actores del sistema financiero. Necesitamos construir información local homogénea para diseñar más y mejores productos adaptados a 

las necesidades de las mujeres empresarias. Ello implica analizar las diferentes realidades que caracterizan al segmento y las necesidades particulares que demandan para hacer crecer sus negocios: créditos, condiciones crediticias diferenciadas, programas específicos, cupos de acceso, educación financiera, servicios complementarios y generación de redes de contacto.  

Reducir la brecha en el acceso al financiamiento de las empresas lideradas por mujeres es una condición necesaria para el desarrollo de la sociedad en su conjunto. En un contexto internacional tan complejo como auspiciante para nuestro país, es necesario avanzar en paralelo en ambas agendas. Porque no habrá equidad sin desarrollo, ni desarrollo sin equidad.

*Vicepresidenta del BICE (Banco de Inversión y Comercio Exterior).