Una nueva carta de Ali Agca, quien intentó asesinar a Juan Pablo II en 1981 y quien fue condenado a perpetua por este caso y por la muerte de dos turistas, trae al nombre de Emanuela Orlandi nuevamente a la superficie. En el 2019 este terrorista, que ya se encuentra en libertad, aseguró que Emanuela se encontraba viva y en Europa. Ahora volvió a escribirle al hermano de Emanuela, Pietro Orlandi, que jamás dejó de buscarla.
"Emanuela Orlandi -inicia la misiva Ali Agca- fue un hecho enteramente vaticano y fue entregada a unas monjas. Desde el principio entendió la importancia de su papel y lo aceptó con serenidad. Supe de ella gracias a un padre español que me visitó en Italia y también aquí en Estambul. Un hombre, un religioso, animado por una fe auténtica, que conoce los misterios del mundo y que no miente".
"El Papa Wojtyla creía profundamente en el Tercer Secreto de Fátima y también creía en la misión que Dios le asignó, a saber, la conversión de Rusia", remarcó Agda y siguió: "el propio Wojtyla quería que yo acusara a los servicios secretos búlgaros y por lo tanto a la KGB soviética. La recompensa por mi colaboración era ser liberado en dos años. Sin embargo, eso solo era posible si el presidente Sergio Pertini me concedía el indulto y precisamente por eso Emanuela y Mirella fueron secuestradas".
"Los secuestros de Emanuela y Gregori fueron decididos por el Gobierno Vaticano y llevados a cabo por hombres del Servicio Secreto Vaticano muy cercanos al Papa. La negociación pública fue obviamente un drama bien orquestado por algunos altos prelados que operaban dentro de los servicios del Vaticano", finalizó.
Sergio Pertini no aceptó la liberación de Agca y, según la nueva carta de este hombre, el séptimo presidente de la República Italiana "no era manipulable".
¿Cuál es el vínculo entre Agca y Emanuela Orlandi?
Entender el vínculo que existe (o que se creó) entre Emanuela Orlandi y Mehmet Ali Agca puede ser un verdadero desafío. De esos donde la ficción supera a la realidad. En este caso una supuesta red de conspiraciones los relaciona. Al menos, según la versión del hombre que intentó asesinar a Juan Pablo II.
Pasaron 41 años desde el atentado a Juan Pablo II. Y en la actualidad Ali reside en Turquía. Por otro lado, Emanuela Orlandi. Una adolescente de 15 años, hija de un funcionario que trabajaba para Juan Pablo II. Ciudadana del Vaticano, desaparecida desde 1983. Desaparecida, esfumada en una red de teorías que se cruzan entre sí y no llevan a ningún lado. Al menos, por el momento. Su caso conmovió al mundo y volvió a ser recordado con la serie "La chica del Vaticano" que se puede ver en Netflix.
Las primeras teorías del caso, que ocuparon a los investigadores durante muchos años, tuvieron en primer plano a un hombre que llamaba por teléfono a la familia Orlandi con acento estadounidense. Conocido luego como "el fantasma americano". Este hombre, quien aseguraba tener a Emanuela como rehén, se contactó por primera vez 13 días después del 5 de julio, fecha donde la adolescente fue secuestrada al salir del instituto donde ella estudiaba música.
El "fantasma americano" pedía a cambio de la liberación de Emanuela que le entregaran a Ali Agca. Y es aquí donde el terrorista entra en escena y se vincula con Orlandi.
"Nos hemos llevado a la ciudadana Emanuela Orlandi solo por pertenecer al Estado del Vaticano. Funcionarios vaticanos e investigadores de la República Italiana tienden a desacreditar la naturaleza del pedido (…) el plazo termina el 20 de julio", amenazaron los secuestradores en esa oportunidad, pero esta vez en una llamada realizada a una amiga de Emanuela.
Los padres pidieron certezas sobre ella y los secuestradores enviaron una bolsa que era la que Emanuela llevaba a su escuela de música. Nada sucedió. Ni Ali fue liberado ni Emanuela apareció. Juan Pablo II habló sobre ella por primera vez en agosto de ese año y, en un mensaje claro, pidió que fuera liberada. El caso se conoció mundialmente.
Las teorías apuntaron también a grupos mafiosos y hasta al clero. Pero siguen siendo sólo eso, teorías. Emanuela se desvanece en el aire cada vez que alguien intenta acercarse.