Concluyó la gira de tres días del presidente Alberto Fernández a México con un balance agridulce.
Por un lado, satisfechos con las sensaciones que recogieron en la nación más norteña de América latina, en sus múltiples citas con empresarios y actores políticos y en los pronunciamientos públicos. Exultantes, también, por la marcha de las negociaciones para abrir el mercado norteamericano a ciertos productos, como la carne sin hueso y las silo bolsas. Pero, a la vez, con una sensación de contrariedad porque el escándalo de las vacunas preferenciales los persiguió hasta allá, colándose, por momentos, en la agenda pública del viaje.
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Basta recordar el tono que adquirió la "mañanera", la conferencia de prensa diaria de la Presidencia mexicana, cuando las preguntas lo llevaron a Fernández por ese camino que había ordenado cerrar a su equipo que permaneció en la Argentina.
Sin embargo, ni los anuncios de un monitoreo en tiempo real ni el blanqueo de los beneficiarios de las dosis estratégicas, desde Buenos Aires, bastaron para que la prensa se concentrara en lo que el Gobierno procuraba proyectar en el extremo opuesto del continente: la consolidación del liderazgo de Fernández a nivel regional, en alianza con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Buscarán empujar un debate internacional para que "ningún país de la región quede excluido del acceso universal, justo, equitativo y oportuno a medicamentos, vacunas e insumos médicos"
En la Declaración Final que sellaron ambos gobiernos se recoge parte de este espíritu, sobre todo en lo que hace a su capítulo multilateral, cundo asevera que "refrendaron su voluntad de fortalecer la alianza México-Argentina y de imprimir un nuevo dinamismo a la relación estratégica, a través de la reactivación de los mecanismos bilaterales de las Comisiones de Asuntos Políticos, de Cooperación y de Asuntos Económicos, Comerciales e Inversión que forman parte del Acuerdo de Asociación Estratégica, así como de la realización de las acciones que se aplazaron debido a la pandemia".
Esta proyección multilateral tiene una doble vía, según se reafirmó en las conversaciones políticas de estos tres días. Para dialogar con la región: la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), acorde al plan de trabajo que fijó México en su presidencia temporal de 2021. En lo que respecta al mundo: el G20. Allí, Fernández exhibe sus buenos vínculos con la alemana Angela Merkel y el francés Emmanuel Macron.
Por ambos canales buscarán empujar un debate internacional para que "ningún país de la región quede excluido del acceso universal, justo, equitativo y oportuno a medicamentos, vacunas e insumos médicos". Y esto incluirá una puja en la Organización Mundial del Comercio —con casi nulas chances— por la liberalización de las patentes el mes próximo.
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Al participar de la conmemoración por los 200 años del Plan de Iguala, semilla del independentismo mexicano, Fernández intentó volver sobre esa idea que nació junto a su presidencia, allá por noviembre de 2019, en el primer encuentro con López Obrador. La construcción de un nuevo eje progresista para contrabalancear el giro conservador de la región y las expectativas, entonces distantes, de torcer el equilibrio hacia el polo propio a través de futuras elecciones.
En el camino, Bolivia recuperó su democracia de la mano de la opción más fiel a este campo político, el Movimiento al Socialismo. Ecuador es la máxima apuesta hoy. Perú, menos probable. Chile navega en un mar de incertidumbre. Hasta López Obrador debe poner su propia conducción a prueba en las elecciones de julio donde se juega el control de medio territorio —15 de 32 gobernaciones— y también están los comicios de medio términos en la Argentina, por supuesto.
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De hecho, hubo un recordatorio explícito, en el documento final de la visita, al rol que atribuyen ambos gobiernos a la Organización de Estados Americanos —con Luis Almagro a la cabeza— durante el golpe de Estado de noviembre de 2019 en Bolivia.
Se advierte en el punto en donde exigen que las misiones de observación electoral "deben apegarse estrictamente a criterios técnicos objetivos". Y específicamente, cuando reza que "los mandatarios pusieron de relieve el peligro de que estas misiones extralimiten sus facultades y alcances, y evitar que se repita lo ocurrido en Bolivia en 2019".
"No hay posibilidad de que un continente progrese dividido, como se ha dicho aquí, porque nos encierran en debates que a otros les interesan. Y son debates que a nosotros nos postergan"
El proceso ecuatoriano es seguido de cerca por las denuncias que hace el correísmo sobre ciertas maniobras en contra del ballotage, donde su candidato, Andrés Arauz, cuenta con chances de ganar. La segunda vuelta es en abril. México y la Argentina "acordaron seguir con atención los procesos electorales en la región, como el que se desarrolla actualmente en Ecuador, haciendo votos para que éste culmine en tiempo y forma, y se garantice la continuidad democrática", asegura la declaración.
"Cada uno de nosotros debe tener el deber de trabajar por la igualdad latinoamericana. No hay posibilidad de que un continente progrese dividido, como se ha dicho aquí, porque nos encierran en debates que a otros les interesan. Y son debates que a nosotros nos postergan", sostuvo Fernández, en la ciudad de Guerrero, como único mandatario invitado. Y añadió: "Unidad. Igualdad. La igualdad en el continente más desigual que el mundo tiene".
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Por último, hubo también un capítulo bilateral en este viaje, centrado sobre todo en el intercambio bilateral. En la Declaración, figura que ambos países "coincidieron en la necesidad de revisar y modernizar la relación económica y comercial bilateral, y acordaron instruir a sus equipos a iniciar negociaciones comerciales a la brevedad con el objetivo de lograr un acuerdo comercial integral y ambicioso". Se fija un proceso de negociación entre ambas cancillerías con miras a realizar una reunión de evaluación de alto nivel, a más tardar, en septiembre de 2021.
Aunque no figura en la letra del documento, el grueso de estas expectativas giran en torno a dos productos que la Argentina quiere exportar: silobolsas y carne sin hueso. Parte del acuerdo de ambos mandatarios es abrir el mercado de carnes argentinas a México en los mismos términos que actualmente tienen las carnes de origen uruguayo.
Para ello, un representante del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria en Uruguay se desplazará a Buenos Aires con el fin de elaborar los protocolos requeridos con las autoridades del SENASA argentino. También se conversó sobre un incremento sustancial del comercio bilateral de frutos secos, frutos tropicales, carozo y pepita y se podría avanzar en vinos, legumbres y arroz.
Dialogaron sobre asociaciones estratégicas entre empresarios argentinos y mexicanos en rubros como la economía del conocimiento así como potenciar la cooperación espacial.
Hoy, el saldo comercial de la Argentina con México es deficitario. Según datos del Centro de Economía Internacional de la Cancillería, el intercambio en 2020 terminó con un saldo negativo de -507 millones de dólares en una balanza total de 1.383 millones. Casi el 70 por ciento de las ventas a México son de manufacturas de origen industrial (MOI) y el 21% son manufacturas de origen agropecuario (MOA).
En este campo, ambos gobiernos dialogaron sobre la promoción de asociaciones estratégicas entre empresarios argentinos y mexicanos en rubros como la economía del conocimiento así como potenciar la cooperación espacial, con miras a la creación de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio. En relación a ello, instruyeron a sendas agencias espaciales para estudiar la propuesta argentina para el desarrollo de un satélite conjunto de comunicaciones entre ambos países.
Por último, y no menos importante, la Declaración Final cita el apoyo del "gobierno y del pueblo de México a los legítimos derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes". Al igual que la exhortación a que Argentina y el Reino Unido reanuden las negociaciones en pos de una solución pacífica y definitiva de la disputa de soberanía, conforme a las resoluciones de las Naciones Unidas y las Declaraciones de la OEA y la CELAC, entre otros foros internacionales.
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