El 15 de junio de 2018 la Torre Eiffel había amanecido enrejada y con vidrios blindados de 6,5 cm de espesor y 3 metros de alto, capaces de resistir impactos de fusil en caso de un atentado.
Siempre fue un blanco muy tentador para el terrorismo internacional y el temor a un posible ataque armado es un tema muy sensible para los franceses. Este miércoles, lamentablemente, esos fantasmas volvieron a cobrar actualidad.
A la mañana, un llamado anónimo amenazó que haría volar el símbolo icónico de París con un explosivo. Inmediatamente, la policía evacuó toda la zona y prohibió la circulación de vehículos, mientras se revisaba el área.
“Un hombre llamó, gritando ‘Allah Akbar” y dijo que haría “explotar todo” en la Torre Eiffel.
Se instaló un cordón de seguridad alrededor del monumento, el tráfico fue desviado y la Torre fue evacuada a las 12.15 hs hora de Francia. SETE, la empresa que opera el lugar, informó que a las 14.15 hs se reabrió porque no se encontraron huellas, rastros o artefactos de ningún tipo.
El coloso de 300 metros de hierro que fue construido por el ingeniero Alexandre Gustave Eiffel para la Exposición Universal de París de 1889, fue durante cuatro décadas la estructura más alta de la capital francesa. El coronavirus la obligó a cerrar sus puertas, reabiertas el 26 de junio, luego del mayor período de cierre de su historia tras la Segunda Guerra Mundial.
La evacuación se produjo en forma organizada y sin pánico. Se pidió a todos que se retiraran de las instalaciones, sin pánico.
El edificio de la Torre Eiffel, que tiene adosada una antena de 24 metros para realizar allí transmisiones de radio y televisión, recibe más de 7 millones de turistas por año y es el punto turístico más visitado del planeta.
Luego del atentado al semanario satírico Charlie Hebdo, el 7 de enero de 2015, Francia redobló los controles de la seguridad urbana en la capital.
MM CP
