Censo 2022: El proceso de Reconocernos

Reconocernos fue el lema del Censo 2022. Reconocernos por cuántos somos, por cómo somos y por lo que hacemos. Reconocernos por aquello que tenemos, pero también por lo que nos falta. Reconocernos porque estamos convencidos que saber quiénes somos es el primer paso para saber hacia dónde vamos como Estado, sociedad y familia. Reconocernos significó cruzar ríos, subir montañas, llegar a caballo, a pie, en auto, lancha o helicóptero, para llegar a cada una de las viviendas de la Argentina. Este esfuerzo valió la pena porque hoy tenemos una nueva foto de todos los rincones de nuestro país donde Reconocernos.

A través del Censo 2022 pudimos reconocernos en las 17.783.029 viviendas particulares que existen en el país, de las cuales el 88,3%, al momento del operativo, estaban ocupadas. Y pudimos reconocer que dentro de esas viviendas habitan 45.618.787 de personas (1).

De los números mencionados se desprende que, en promedio, hay 2,9 personas por hogar, aunque en realidad no todos los hogares son iguales: el 25% de los hogares son unipersonales, en el 40% de los hogares viven entre 2 y 3 personas, y solo en el 16% viven más de 5 personas. Y tampoco son iguales a lo que eran hace más de 10 años atrás: en el Censo 2010, los hogares unipersonales representaban el 17,6% del total, y el 22% tenía entonces más de 5 miembros.

Logramos reconocer gracias al Censo 2022 que nacen más varones que mujeres (hay 103 varones cada 100 mujeres menores de un año), pero que las mujeres viven más (la cantidad de mujeres mayores de 85 años más que duplica la de sus pares varones). No solo hemos reconocido que la vejez se encuentra feminizada, sino también que cada vez somos más grandes, porque vivimos más años, pero a la vez nacen menos niñas y niños: en el Censo de 2010, los menores de 5 años representaban el 8,3% de la población; en el Censo 2022 su participación bajó al 6,2%.

El descenso de la natalidad ha cambiado a su vez la configuración de los hogares, y los censos nos permiten dar cuenta de ello. El Censo de 1991 arrojó que en el 56% de los hogares había al menos un menor de 18 años, cuando en el Censo 2022 ese valor descendió al 43%. Y no solo disminuyó la cantidad de hogares con menores, sino también el número de niños y niñas por hogar: el Censo 2022 reveló que, de los hogares con menores de 18 años, prácticamente la mitad tiene tan solo un menor.

Estudiar los nacimientos y el envejecimiento de la población es fundamental, también, para medir el llamado “bono demográfico” que presenta nuestro país, fenómeno que refiere a la ventaja que brinda, por un lado, la reducción de la dependencia de los menores y, a la vez, el hecho de contar con una población no tan envejecida. Por el Censo 2022 sabemos que la proporción de niños y niñas en el total de población se redujo (casi 6,5 puntos porcentuales respecto del censo anterior) y que, si bien el peso de los mayores de 65 años subió (2 puntos, a 18%), aún está por debajo de las poblaciones del mundo más envejecidas (en Japón, por ejemplo, representan el 28,8%).

El envejecimiento también permite analizar la sostenibilidad del sistema previsional: sabemos a través del Censo 2022 que hay 6.427.885 personas en edad de jubilatoria, de las cuales el 88,7% percibe algún beneficio del sistema de jubilaciones y pensiones. En lo que respecta a la “economía del cuidado” de los mayores, el 9,2% de las personas de 90 años y más habita en viviendas colectivas (que incluye, por ejemplo, los hogares de personas mayores o geriátricos), fenómeno que adquiere cada vez más relevancia a nivel internacional.

Contar con los datos para cada una de las jurisdicciones del país hace el análisis aún más preciso al momento de la toma de decisiones. La Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, tiene la población más envejecida (las personas mayores de 65 años representan el 17,7% de su población), mientras que Santa Cruz es una de las provincias con menor proporción de adultos mayores (representan tan solo el 7,4% de sus habitantes).

El Censo 2022 también nos permitió reconocernos en el cumplimiento de nuestros derechos básicos, como el del acceso a la salud. A nivel nacional, el 60,9% de la población tiene cobertura de salud a través de obra social o prepaga (incluyendo PAMI), mientras que el 35,8% declaró contar con cobertura solo a través del sistema público de salud, una baja importante respecto de hace 20 años atrás (48,1% arrojó el Censo 2001).

Algo similar ocurre con el derecho a una vivienda adecuada: el Censo 2022 nos permitió saber que el 59,7% de la población habita en viviendas con materiales de pisos y techos adecuados (con revestimiento), pero que, a la vez, hay 783.560 personas se encuentra en viviendas muy precarias, con techos de chapa de cartón, paja, caña o barro. También nos reconocimos en las 38.279.681 de personas que acceden a la red pública de agua y en el 57,4% de la población, que residen en viviendas que poseen cloacas.

Pudimos conocer, además, que el 68,9% de la población habita en viviendas propias, y que el 17,4%, 7.925.280 de personas, se encuentran en viviendas alquiladas. Por otro lado, de los que son propietarios, solo el 58% de ellas tiene la escritura que respalda dicha propiedad: el 30% tiene otro tipo de documentación (boleto de compra-venta, por ejemplo), y un 13% directamente no tiene documentación. Y esta realidad es heterogénea dentro del país. La Ciudad de Buenos Aires presenta el menor porcentaje de población con vivienda propia (54,5%) pero a la vez tienen el mayor porcentaje de propietarios con escritura (87%). En el otro extremo, Santiago del Estero es la provincia con mayor proporción de propietarios (86%), pero presenta el mayor porcentaje de propietarios sin documentación (30%).

Reconocernos también implicó que, aún con un territorio de casi 2 millones de kilómetros cuadrados, estamos más conectados que nunca: 41.443.476 personas cuentan con algún tipo de acceso a internet que les permite conectarse en tiempo real con familias y amigos, realizar trámites o trabajar sin moverse de sus hogares.

Cada uno de estos datos forman parte de las publicaciones temáticas de resultados definitivos del Censo 2022: Indicadores demográficos, por sexo y edad; Viviendas colectivas y población en situación de calle; Salud y previsión social; y Condiciones habitacionales de la población, los hogares y las viviendas. A su vez, la información se encuentra disponible en los casi 10.000 cuadros que pueden descargarse en la web con información desagregada por jurisdicción y departamento, partido o comuna. Además, hemos creado el Geoportal, una herramienta para consultar los datos georreferenciados de forma rápida y sencilla, para sumar a los usuarios una herramienta intuitiva que ayude a interpretar la información.

Los censos son la fuente de datos primordial para contribuir al diseño, la planificación y la ejecución de políticas públicas y privadas. Si sumamos el carácter universal y la granularidad de su alcance, el Censo se convierte en la fuente más potente para brindar información de diferentes niveles territoriales. Ahora bien, más allá de datos e información, reconocemos historias, familias, amigos y vecinos, es decir, reconocemos nuestra patria, el lugar que elegimos para vivir. Eso somos.

1) Esta cifra es el resultado del conteo efectivo de la población, sin contemplar la tasa de omisión que tiene asociada todo censo producto de las personas que no son contabilizada al momento del operativo. Para conocer la población real del país es necesario realizar pruebas de conciliación censal en función de los datos de censos anteriores y de los registros de las estadísticas vitales y de migración. A la fecha, la última estimación de población es de 46.234.830 personas al 1 de julio de 2022.

* Director del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).