"Pidamos por Argentina, para que el señor la ayude en su camino". Durante su tradicional audiencia que brinda cada miércoles en El Vaticano, el papa Francisco se tomó unos minutos para orar por nuestro país, en un conmovedor gesto para conmemorar la fiesta que hoy se celebra por la Virgen de Luján.
La audiencia se hizo al aire libre en la plaza San Pedro. Allí, hizo colocar una imagen de la Virgen de Luján, ya que cada 8 de mayo se celebra el día de la patrona de la Argentina.
El 12 de febrero el presidente Javier Milei tuvo una extensa reunión privada con el Sumo Pontífice, aunque todavía no se confirma la visita papal al país, Francisco recordó desde Roma a la Virgen de Luján, frente a cuya imagen se detuvo a rezar durante la ceremonia.
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“Nuestra paciencia para ser artesanos de paz y de bien en el mundo, tiene mucha necesidad de virtud. Hoy, en mi Patria, en la Argentina, se celebra la solemnidad de Nuestra Señora de Luján, cuya imagen está aquí presente. Pidamos por Argentina para que el Señor la ayude en su camino. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide”, dijo Francisco frente a los peregrinos que aplaudieron sus palabras.
Además, hizo un llamamiento por aquellos países “desgarrados por la muerte, la violencia y la persecución”, y agregó: “Invito a todos a invocar la intercesión de María para que el Señor le conceda la paz al mundo entero, especialmente a la querida y martirizada Ucrania, a Palestina y a Israel, a Myanmar".
“Pecamos contra la esperanza cuando nos abatimos ante nuestros pecados, olvidando que Dios es misericordioso y más grande que nuestros corazones. No lo olvidemos, hermanos y hermanas: Dios perdona todo, Dios perdona siempre. Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón”, afirmó.
El papa Francisco: "La esperanza y la paciencia van juntas”
Su discurso estuvo centrado en la esperanza como una de las virtudes teologales. Dijo que la esperanza ayuda a comprender que la felicidad “es el Reino de los cielos y la vida eterna, confiando en las promesas del Señor Jesús y en el auxilio de las gracias del Espíritu Santo”.
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Francisco solicitó a los creyentes que se comprometan en la construcción de un futuro de paz: “Que el Señor aumente nuestra esperanza y nuestra paciencia, para que seamos artífices de paz y de bondad en un mundo que tiene gran necesidad de esta virtud”, expresó cuando saludó a los fieles españoles.
“¡El mundo de hoy tiene tanta necesidad de esta virtud cristiana! Necesita esperanza, como también necesita la paciencia, virtud que camina de la mano de la esperanza. Los seres humanos pacientes son tejedores de bien. Desean obstinadamente la paz y, aunque algunos tienen prisa y quisieran todo y todo ya, la paciencia tiene capacidad de espera. Incluso cuando muchos a su alrededor han sucumbido a la desilusión, quien está animado por la esperanza y es paciente es capaz de atravesar las noches más oscuras. La esperanza y la paciencia van juntas”, manifestó.
LT
