
Bajo el nombre BA Group, funcionaba en Villa Crespo, Ciudad de Buenos Aires y en parte del Conurbano bonaerense una secta acusada de trata de personas, abuso sexual y ejercicio ilegal de la medicina entre otros delitos. Pese a que operaba en distintas sedes, una de las más importantes se encontraba en el barrio de Villa Crespo.
Se trata de un edificio ubicado en la calle Estado de Israel al 4457, donde fueron encontradas unas 66 personas que serían víctimas de la organización criminal. El modus operandi de esta banda era captar a las personas bajo la fachada de la Escuela de Yoga de Buenos Aires y la clínica “CMI Abasto”.

Sin embargo, esta no fue la única propiedad allanada, ya que se realizaron 50 operativos similares, en los que quedaron detenidos un total de 24 personas.
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La Fundación Escuela de Yoga de Buenos Aires
El edificio de Villa Crespo era un inmueble clave para captar a las víctimas, ya que en él operaba la Fundación Escuela de Yoga de Buenos Aires, que se vendía como una “escuela filosófica”, pero luego obligaba a sus “alumnos” a ser mantener relaciones sexuales con gente poderosa.

Con la promesa de terminar con “los males del SIDA y las drogas” y el “desarrollo de la felicidad”, la escuela de yoga era una de las principales puertas de entrada a la secta.
La secta y el ofrecimiento de relaciones sexuales a “personas de poder”
De acuerdo con la información de la Policía Federal Argentina, la organización criminal utiliza a sus miembros para el ofrecimiento de relaciones sexuales a “personas de poder”. En ese sentido, el dinero conseguido por los delitos cometidos ingresa al circuito legal mediante inmobiliarias y una escribanía que pertenecen a BA Group, por lo que el entramado es aún más complejo.

La particular estructura jerárquica de la secta
La organización posee una estructura interna para “evolucionar” y, por último poder “reencarnar”. El líder, autoproclamado “Maestro” o “El ángel”, pertenece al nivel 7; sus secundantes, llamados “Apóstoles", al 6; luego se encuentran los “Genios”; en el nivel 4, los “Alumnos”; y, por último, los niveles 1, 2 y 3 los “humanos comunes”.
Más allá de la explotación sexual, el tráfico de influencias y el lavado de activos, también se conoció que, gracias a su clínica, captaban a gente en el extranjero, proponiéndoles la “cura del sueño”, los traían drogados a Argentina, aislándolos de su familia y realizaban maniobras para obtener diferentes beneficios económicos.
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De esta manera, se lograron encontrar pruebas contundentes de que la secta realizaba trata de personas con fines de reducción a la servidumbre, hurto agravado, ejercicio ilegal de la medicina, expendio irregular de medicamentos y asociación ilícita.
RdC / ED