POLICIA
Cincuenta allanamientos y diecinueve detenidos

Los secretos de una secta en la Ciudad: un millón de dólares, la cura del sida y alumnas del sexo

Una de las principales sedes funcionaba en la avenida Estado de Israel al 4400, en el barrio porteño de Villa Crespo. Según la investigación realizada por la Policía Federal Argentina (PFA), esta organización prometía la cura de “los males del sida y las drogas” y buscaba “el desarrollo de la felicidad”. Contaban con una estructura interna con roles y categorías definidas. Algunas personas eran dormidas durante días como forma de castigo y otras reducidas a la servidumbre y explotadas sexualmente. Entre los detenidos, hay un contador, un médico psiquiatra y una arquitecta.

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Allanamientos. Los principales operativos fueron realizados en Roca Mora 4500, Bulnes al 1440, Estado de Israel 4400, donde fue arrestada una de las nueve mujeres involucradas en la causa. La camioneta Bronco la usaba el presunto líder. | pfa

Prometían la cura de “los males del sida y las drogas” y aseguraban que el objetivo era “buscar el desarrollo de la felicidad”. Algunas personas eran dormidas durante días como forma de castigo. Otras eran reducidas a la servidumbre y explotadas sexualmente. Todo eso –y algunas otras cosas más– sucedía en una organización con filiales en Estados Unidos, que tenía una de sus principales sedes en la avenida Estado de Israel al 4400, en el barrio porteño de Villa Crespo. 

Para los investigadores del caso, la firma denominada BA Group sería utilizada por una organización criminal transnacional que se mueve en el mundo de la “empresa, salud y la política”. Los voceros explicaron que sus cabecillas forman parte de las denominadas “sectas”, aunque aclararon que “hoy en día han evolucionado adoptando multiplicidad de formas”. 

“Secta Sociedad Anónima” es el nombre de la operación internacional que encabezó el Departamento Trata de Personas de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal Argentina (PFA). Con la intervención del Juzgado Federal N° 4, a cargo de Ariel Lijo, se llevaron a cabo en las últimas horas cincuenta allanamientos en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia. En total, fueron demoradas 19 personas y se pidió la captura internacional de otros cuatro miembros que residen en Estados Unidos.

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Entre los principales detenidos (nueve mujeres y diez hombres), figuran un médico psiquiatra de 50 años, un contador de 60, una arquitecta de 64 y hasta un campeón mundial de magia. El supuesto cabecilla de la organización fue identificado como Juan P., de 84 años.

En los operativos, los efectivos de la PFA secuestraron más de 1.000.000 de dólares, 1.900.000 pesos, 1.000 libras esterlinas, una camioneta Ford Bronco que utilizaba el supuesto cabecilla de la organización, treinta medallas de plata, juguetes sexuales, videos pornográficos, computadoras, historias clínicas, títulos de propiedad y documentación de interés para la causa, entre otras cosas.

La acusación contra los miembros de esta secta es por los delitos de “trata de personas con fines de reducción a la servidumbre, agravado por coerción”, “hurto agravado”, “lavado de activos”, “asociación ilícita”, “ejercicio ilegal de la medicina”, “expendio irregular de medicamentos” y  “tráfico de influencias”.  

Los voceros consultados señalaron que esta organización llevaría más de tres décadas operando en la Argentina. Según indicaron, esta organización se “dedicaría a captar personas para, en algunos casos, incorporarlos a la organización y reducirlos a una situación de servidumbre y en otros casos para ofrecerles algunos de los tratamientos ‘médicos’ que harían en sus ‘clínicas’, con el propósito de obtener dinero, influencias y/o ‘coberturas’ para sus líderes”. 

Además, señalaron que en la actualidad la organización utilizaba a sus “adeptas” para el ofrecimiento de relaciones sexuales a “personas de poder”. Otro punto destacado de la investigación tiene que ver con las “curas de sueño”. Al parecer, les suministraban distintas drogas para que durmieran durante días como una forma de castigo en algunos casos y un supuesto tratamiento contra las drogas en otros.

Las “curas” se realizaban en distintos departamentos de la Ciudad que eran identificados por la organización como “clínicas o consultorios”. “Dichos lugares no se encuentran registrados, ni habilitados y los tratamientos que realizaban los hacían con distintos medicamentos somníferos para lograr el control total de la persona”, señaló un vocero de la investigación. 

Las fuentes destacaron que las ganancias obtenidas de la explotación de estas personas – entre ellos “alumnos” de la Escuela de Yoga de Buenos Aires (EYBA) y los “pacientes” de la clínica denominada “CMI Abasto”– ingresaban al circuito legal mediante inmobiliarias y una escribanía que tiene la organización en nuestro país. También mediante fundaciones creadas en Estados Unidos, lo que generaba además un flujo constante de divisas extranjeras. 

A lo largo de la investigación, los detectives advirtieron que la organización contaba con una estructura interna con roles y categorías definidas. Según las fuentes, en los niveles 1, 2 y 3 se encontraban los “humanos comunes”, en el 4 los “alumnos”, en el 5 los “genios”, en el 6 los “apóstoles” y en el 7 el líder, denominado también como “maestro” o “el Ángel”. 

En base a escuchas telefónicas, se pudo establecer que la organización planeaba comprar un edificio en Estados Unidos por un valor aproximado a US$ 1.500.000. “Dicha suma saldría de un ‘banquito’ que poseen en dicho país, es decir que manejan dinero en efectivo de origen dudoso, el cual utilizarían para ‘blanquear’ en compras inmobiliarias y distintos bienes”, señalaron las fuentes.

Alumnas del sexo. Uno de los principales ingresos económicos estaría relacionado con la explotación sexual. Según las fuentes, utilizaban a sus “alumnas” para la captación de hombres de un nivel de vida alto o con una actividad influyente que les sirviera para la realización de negocios o actividades que utilizan para el blanqueamiento de dinero. De acuerdo a la investigación, los captaban en “bares y lobbys de hoteles”.

Según las fuentes, se estima que unas 170 personas (“alumnos de la familia Bayf”) habrían sido captadas por esta secta en la Argentina y Estados Unidos. Todas ellas aportaban una cuota mensual en divisas extranjeras. Además, unos 1.500 “alumnos” habrían sido sumados por BA Group, a los que les cobraban por capacitaciones “evolutivas”, clases de lectura  y distintas jornadas dirigidas a organismos estatales, provinciales o municipales, consejos profesionales y organizaciones sin fines de lucro, entre otros.

 

Viajes y captación

La investigación que motivó el medio centenar de allanamientos contó con la colaboración del Bureu of Diplomatic Security de la Embajada de los Estados Unidos, que aportó información sobre los posibles implicados en territorio norteamericano.

Los voceros detallaron que los sospechosos fueron individualizados luego de “arduas tareas de investigación, seguimientos, escuchas telefónicas y consultas de bases de datos”. Además, añadieron que solicitaron cooperación a distintos organismos para identificar no solo a los presuntos miembros, sino también las distintas maniobras utilizadas para los delitos tipificados.

A lo largo de la pesquisa se pudo determinar un flujo de viajes hacia los Estados Unidos y Uruguay, realizados aparentemente con la finalidad de llevar a cabo las mismas actividades que en la Argentina. 

Las personas captadas en el exterior eran convencidas para venir al país y realizar distintos tratamientos de “ayuda”, como “la cura del sueño”, y con ello aislarlos de sus familiares directos y realizar distintas maniobras para obtener beneficios económicos.