Luego de que una secta haya sido desbaratada el viernes 12 de agosto en horas de la noche en el barrio de Villa Crespo, comenzaron a conocerse los actos atroces que se cometían dentro de esta organización criminal. En ese sentido, una de las víctimas y el primer denunciante contra la secta contó cómo fue captado y el horror que le tocó vivir.
“Los nenes eran obligados a tener sexo con adultos y con sus propios padres”, reveló Pablo Salum, exmiembro de la secta y primer niño en ingresar, a TN.
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Mientras la secta se vendía como una “escuela de filosofía, de cultura New Age”, obligaba a los miembros a “intercambiar favores sexuales” con la gente de la organización, de acuerdo con el relato de Salum, quien además vinculó a diferentes políticos y líderes de organizaciones de derechos humanos con la banda.
“Juan Percovich y su hijo Marcelo Guerra, encargados de la organización, captaron a políticos, famosos, gente de los derechos humanos, con lo cual está probado en la causa anterior, intercambiaban favores sexuales con gente de la organización, entre ellas mi mamá y mi hermana”, denunció.
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Cómo era el sistema de captación de personas
Según explicó Salum, su familia fue una de las primeras en ingresar a la organización y aclaró: “La primera reunión que fuimos éramos 4 personas, yo fui el primer niño en ser captado. Luego fue creciendo rápidamente y éramos más de mil personas”.
“Mi mamá tenía un problema de salud, fue a diversos médicos, no le encontraron el inconveniente a su problema, por lo cual comenzó a ser captada por distintos gurú New Age, uno de ellos Juan Percovich”, contó.
Así, el denunciante aseguró: “Pasé de tener una familia hermosa, a no tener nada. Nos dejaron totalmente destruidos”.
El joven se percató de la situación en la que estaba y logró escapar, sin antes recibir fuertes presiones y hasta ser secuestrado por la organización. Una vez que logró escapar, pudo realizar la denuncia que quedó pausada por las vinculaciones de la secta con el poder, según afirmó Salum.
Los delitos de la secta
De acuerdo con la información que pudo reunir la Policía Federal, esta organización tiene sede en el país, pero se mueve por todo el mundo. Así, pudieron establecer una vinculación directa con sucursales en distintos estados de Estados Unidos.
La secta ofrecía una filosofía que pretendía terminar con “los males del SIDA y las drogas”, así como “buscar el desarrollo de la felicidad”. Sin embargo, detrás de ese disfraz se dedicaban a ofrecer relaciones sexuales a “personas de poder”, a la trata de personas y al ejercicio ilegal de la medicina, tráfico de influencias, asociación ilícita y lavado de activos, según informó la Policía Federal.
RdC / ED