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El chofer de Alfredo Yabrán reveló que “trabajar con él era como estar en un régimen militar”

Un trabajador del círculo laboral más cercano al empresario, 24 años después de su muerte, confesó lo que significaba ser empleado de Yabrán y relató todo lo que vio y vivió durante los años que trabajó a su lado.

Alfredo Yabrán
Alfredo Yabrán | cedoc

Uno de los empleados de máxima confianza de Alfredo Yabrán, su chofer, se animó a contar cómo fue su vida trabajando para el empresario postal y cómo era el día a día de quien supo ser uno de los hombres más poderosos del país.

“Trabajar con él era como estar en un régimen militar”, confesó el chofer, apodado bajo el seudónimo “Ángel” para no ser identificado, en entrevista exclusiva con Clarín

Alfredo Yabrán
Alfredo Yabrán, el enigmático empresario postal.

"Ángel" comenzó a trabajar con Yabrán a la edad de 30 años, luego del atentado a la Embajada de Israel, momento en el que el empresario sintió que necesitaba tener personal privado para mayor seguridad.

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Tomaba muchos recaudos en la incorporación del personal. A todos se nos hacían informes, iban a la casa, averiguaban con los vecinos y pedían antecedentes”, explicó el hombre, quien fue incorporado a un grupo reducido de 15 personas cuyas funciones variaban.

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Al ser consultado sobre cómo era Alfredo Yabrán como jefe, “Ángel” remarcó que era una persona sumamente exigente, prácticamente inflexible y que no toleraba errores ni impuntualidades. “Yo no soy bueno, yo invierto en ustedes”, recordó que les decía cuando les daba algún regalo o presente.

En este sentido, el ex empleado del empresario mencionó que las órdenes debían acatarse al pie de la letra y sin realizar preguntas ni mediar palabras, al mismo tiempo que todos tenían acceso únicamente a la información justa y necesaria.

Verano del 1996 

“Lamentablemente, la gente que se debía ocupar de hacer las cosas bien, no lo pudo hacer”, se lamentó el chofer con respecto a lo sucedido el 16 de febrero de 1996 en Pinamar, cuando el fotógrafo de la revista Noticias, José Luis Cabezas, logró capturar el rostro de Yabrán cuando este caminaba por la playa junto a su esposa.

Aquella foto, la cual fue tapa de la revista, le costó la vida a Cabezas. “Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente”, dijo alguna vez el empresario, quien contaba con un equipo de seguridad que trabajaba para él en la costa, en paralelo a su equipo de la Ciudad, aunque en esta oportunidad no habían podido cumplir con una de sus tareas más importantes, proteger su anonimato.

José Luis Cabezas Conmemoración
La foto en la que se reveló por primera vez el rostro de Alfredo Yabrán al público.

El ex trabajador recordó que después de ese momento “a Yabrán se le terminó la paz”.

La polémica foto se llevó la vida de Cabezas vida el 25 de enero de 1997, fecha en la que fue asesinado. Sin embargo, “Ángel” remarcó que a ellos, a su equipo más cercano de trabajo, nunca se les reveló el crimen. Incluso, el hombre habla de que fue algo que “se fue de las manos”.

“A nosotros nunca nos dijo ‘Sáquenme de encima al fotógrafo’. Es importante saber a quién se lo dijo porque siempre hay gente que escuchó algo diferente”, señaló y remarcó: “Lo que pasó en Pinamar se fue de las manos. La gente que estuvo a cargo de eso cometió errores y bueno, ya vieron cómo terminó todo”.

El fin

Alfredo Yabrán se suicidó unos 2 años después del momento en el que revelaron su rostro al público, el 20 de mayo de 1998. Al respecto, “Ángel” relató que confesó que él estuvo en la escena y que incluso tuvo que ayudar a limpiar la sangre de su jefe.

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A pesar de la muerte de Yabrán, el trabajo de su equipo no terminó ese día. “Era tan organizado que había dejado lo que le correspondía a cada uno”, señaló el hombre y reveló que, antes de suicidarse, el empresario le dejó una carta a cada empleado en la que les detalló cómo seguiría su futuro laboral.

“Nosotros sabíamos todo: a dónde íbamos a ir, qué pasaba, qué dejábamos de hacer…”, concluyó y agregó que ningún integrante del grupo de trabajo se negó a cumplir con lo que había indicado su jefe, al contrario, cumplen su última orden hasta el día de hoy.

AS./fl