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El cura argentino candidato al premio Nobel, contra el asistencialismo: "No es la solución"

Pedro Opeka mostró su asombro al enterarse por los medios de comunicación de la noticia. El trabajo que le valió la selección y su visión de la Argentina.

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El cura argentino nominado al premio Nobel de la Paz, Pedro Opeka. | CEDOC Perfil

En estos días se dieron a conocer los nombres que integran la lista de los nominados al Premio Nobel de la Paz. Nuestro país celebró cuando un sacerdote argentino, Pedro Opeka, fue seleccionado, aunque él se enteró por los medios de comunicación. Su nominación fue propuesta por su labor con los más necesitados en Madagascar.

Fue durante el programa Alguien Tiene que Decirlo, que conduce Eduardo Feinmann por Radio Rivadavia, cuando el sacerdote Opeka informó que se enteró de su nominación al Nobel por los medios y mostró su asombro. "Me sorprendió que la gente haya podido ver que nuestro movimiento de solidaridad, de compromiso social humano con los más pobres es algo que vale la pena imitar y hacer resaltar en el mundo", expresó.

Opeka comentó además sobre la pobreza, temática central en su trabajo: "Nunca podremos aceptar a esta pobreza que mata a fuego pequeño a los más pobres", mientras que deslizó que el asistencialismo no es la solución y afirmó que "la educación, el trabajo y la disciplina" son requisitos fundamentales para que la gente pueda mejorar sus condiciones de vida.

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La relación de Opeka con Argentina

Durante el programa, el religioso evitó hablar sobre las políticas sociales implementadas en la Argentina, aunque realizó comentarios y reflexiones.

"Cuando salí de la Argentina había solo un tres por ciento de pobres. Esto fue en 1978", lamenta. En la página web de Akamasoa en Argentina, afirman que actualmente "el 63,4% de los menores de 17 años son pobres y el 50% de los alumnos no concluye la secundaria. Ya han muerto por desnutrición más de 130 mil personas en los últimos 70 años".

Para no caer en la pobreza, una familia necesita $56.459

Agregó que con "tanta riqueza", con "tanta agricultura" que existe en nuestro país, se podría "dar de comer a toda África". Sin embargo, el sacerdote recuerda con emoción cuando decidió irse a Madagascar. "Cuando me fui de Argentina lloré, porque me fui de un pueblo, de una tierra que amaba y a la Argentina le llevo en mi corazón", asegura.

Labor humanitaria

Opeka, de 72 años, es un cura misionero de la congregación de San Vicente de Paul, aunque desde hace 50 años que vive en Madagascar en donde ayuda a combatir la pobreza. Se lo conoce también por los nombres de "la Madre Teresa con pantalones" o como "el albañil de Dios".

Fue ahí donde creó la Asociación Humanitaria Akamasoa, construyó viviendas y fundó una ciudad en medio de un basural, ciudad que luego fue visitado y elogiado por el Papa Francisco.

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Al llegar a la capital de Madagascar, Antananarivo, Opeka se encontró con personas que comían directamente un basural, que se encontraba en una cantera. Más tarde, fue desde esa cantera de donde se sacaron las piedras que fueron usadas por cada uno de los jefes de familia para construir sus viviendas.

Fue así como con ayuda del exterior y el trabajo de la gente de Madagascar, comenzó a fundar pequeños poblados, escuelas, dispensarios, pequeñas empresas y hasta un hospital.

Actualmente, la asociación Akamasoa cuenta con dos sedes en Argentina, que se encuentran en Zárate y en Campana, provincia de Buenos Aires.

Vocación

Nacido en el barrio Don Bosco, de Ramos Mejía, en la zona oeste del Gran Buenos Aires, Opeka describió sus primeros pasos en la acción humanitaria. "En 1968, tenía 20 años cuando decidí ser sacerdote y quería imitar a Jesús, el amigo de los pobres, que dio su vida por los pobres", recordó.

"En ese momento recibí una carta que decía que necesitaban voluntarios para la misión de Madagascar. Entonces dije, ´vamos para allá´. No porque quería ir al África, no porque quería ver pobres exóticos, sino porque vivían de una manera que a mí me chocó".

Debido a su vocación solidaria, Opeka pidió públicamente "ayuda" para la representación de la asociación Akamasoa de Argentina.

PM CP