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El ‘Plan Platita’ no termina de sentirse en los bolsillos antes de las elecciones

Las medidas del Gobierno tendrán un efecto magro y de corto plazo, advierten economistas consultados por PERFIL. Aún no anunciaron un nuevo IFE o un bono extra para jubilados.

Frenesí de medidas. El Ejecutivo intenta recomponer el poder adquisitivo de los votantes para remontar la derrota de las PASO.
Frenesí de medidas. El Ejecutivo intenta recomponer el poder adquisitivo de los votantes para remontar la derrota de las PASO. | NA

El “Plan Platita” post PASO para mejorar el ingreso de las familias y fomentar el consumo con el fin de reconquistar votos en las elecciones de noviembre tendrá un efecto “magro” y “de corto plazo” en los bolsillos y en términos de impulso a la actividad económica, según el diagnóstico de los analistas consultados por PERFIL.

Si bien algunas medidas aún no fueron anunciadas, entre ellas un nuevo IFE o un bono a jubilados, los economistas coinciden en que el costo fiscal del paquete será “acotado” e implicará entre 0,4% y 0,5% del PBI, pese a que la vicepresidenta Cristina Fernández había reclamado acelerar la ejecución del déficit fiscal previsto para 2021 que originalmente era de 4,5%, y luego en el proyecto de Presupuesto 2022 se recortó a 4%.

Impacto magro. Los salarios subieron en julio 4,9% contra junio, pero “respecto a un año atrás continúan perdiendo contra la inflación, con una variación negativa de 2,9% real”, indicó LCG. La consultora prevé que habrá “algunos meses con crecimiento real del salario por una menor dinámica de la inflación y la reapertura de paritarias”, pero el sueldo de los trabajadores registrados en 2021 cerrará “3% promedio por debajo de 2020, y es el cuarto año consecutivo de caída”.

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Acelerar ahora el gasto complica el escenario inflacionario y cambiario en 2022

En este marco, Santiago Manoukian, de Abeceb, planteó que “las sumas por única vez no resuelven el deterioro de los ingresos reales”. Estimó que el consumo en el tercer y cuarto trimestre crecerán 4,7% y 2,7% interanual, y el año cerrará con una suba de 6,5%, “un  8% por debajo de 2019”.

“Con la incertidumbre que hay y el deterioro del poder adquisitivo, las medidas tienen un efecto magro, pueden recomponer consumo rezagado pero muy de corto plazo. En 2022 volverá el desafío de la  inflación”, afirmó, al referirse a la presión de la emisión por la aceleración del gasto. 

Platita en los bolsillos.

“El objetivo ‘plata en los bolsillos’ tiene rendimientos decrecientes. Tres razones explican su moderada efectividad: las sumas de única vez no logran cambiar la percepción de bienestar, las familias tienen mayores niveles de endeudamiento y los bancos son cautos a la hora de aumentar los límites; parte de las compras de reposición ya ocurrieron ante la mayor permanencia en casa y los picos de la brecha a finales de 2020”, fundamentó.

En sintonía, Sebastián Menescaldi, de Eco Go, comentó que “el tercer trimestre registrará un crecimiento en los ingresos de las familias en torno al 3% sin estacionalidad en términos reales, tras varios trimestres de caída, pero los niveles siguen siendo bajos y la incertidumbre por la crisis política y la inestabilidad financiera provocará que no todo vaya a consumo, y que se ahorre”.

Claudio Caprarulo, director de Analytica, concordó en que “el impacto en los bolsillos se va a sentir, porque hay medidas para jubilados, beneficiarios de planes sociales y trabajadores formales que pagan Ganancias”, pero “el problema es que con los actuales niveles de inflación, es un alivio transitorio, de corto alcance”. “En un escenario de tanta incertidumbre, con una brecha cambiaria en ascenso y sin cambios en las expectativas, se requiere mucho más que un buen trimestre para empezar a recomponer después de una crisis que inició en 2018 y se profundizó con la pandemia”, alegó.

Costo y actividad. Según los cálculos de Equlibra, los anuncios desde las primarias implican un esfuerzo fiscal adicional de $ 26.806 millones por el lado del gasto (0,1% del PBI), y exenciones por el lado de la recaudación de $ 43 mil millones, pero si se suman las medidas en carpeta el costo ascendería a $ 233.654 millones (0,5% del PBI). “El impulso está siendo más acotado respecto al que anticipaban fuentes del oficialismo tras la derrota de las primarias”, remarcó.

También Fernando Marull, de FMyA, destacó que el costo de las medidas que viene aplicando el Gobierno es “moderado: desde las PASO, anunció gastos por 0,4% del PBI, que deben sumarse a los 1,7% del PBI antes de la primarias”. Así, mantiene un crecimiento económico para este año “de 7,5%, pero podría llegar a 8%”.

 LCG consideró que “la política fiscal más expansiva podrá tener algo de incidencia, pero la tracción en términos de actividad será más bien acotada”. Prevé un crecimiento de 8% para 2021, “el cual encubre 5 puntos de arrastre estadístico que dejó 2020”, con lo cual medido en diciembre punta contra punta el crecimiento neto “supera apenas el 3%”.

 Menescaldi coincidió en  que “el aporte al crecimiento será bajo, esperamos para el año un crecimiento de 7,9% del PBI, por el efecto de arrastre estadístico, quizás la economía crezca un poco más hasta octubre, pero hacia noviembre y diciembre vemos cierta corrección a la baja, porque cada vez vamos a tener más ruido financiero, lo que origina estancamiento y más inflación”. 

Efectos colaterales. Manoukian alertó que “no es inocuo acelerar el gasto ahora, porque complica el escenario en 2022; la escasez de dólares y la limitada recuperación del poder de compra continuarán condicionando la expansión del consumo y la producción, anticipando más cepo y mayores controles a la importación”, lo que a su vez restringirá el crecimiento. Abeceb recortó de 2,9% a 2% el crecimiento para 2022.

Marull consideró que después de las elecciones vendrán los ajustes, sobre todo el impacto de la emisión monetaria, y la presión sobre la inflación y el dólar.