Empezó el año electoral y todas las estrategias ya están puestas en una disputa clave: la Cámara de Diputados. Todo ante un panorama que ilusiona a unos y horroriza a otros: con una elección sin sobresaltos, el oficialismo podría quedar con mayoría propia y destrabar así el bloqueo que tiene en la Cámara baja para darle continuidad a algunos de sus proyectos.
Esto se debe a que se renuevan las bancas que se obtuvieron en 2017, en la que fue la mejor elección de Cambiemos, y donde además el kirchnerismo y el massismo fueron separados, dividiendo sus votos. Así, Juntos por el Cambio pondrá en juego 60 bancas y el Frente de Todos apenas 51. Se renuevan 127.
Esta situación es conocida en ambos espacios, por eso ya trabajan provincia por provincia para garantizar la mayor cantidad de diputados. Es que con el quórum propio en discusión, cualquier banca en disputa terminará siendo clave. Por eso mismo, también el armado de las listas será motivo de discordias. Para el oficialismo por eventuales acuerdos que pueda hacer con los gobernadores de determinadas provincias y para el oposición por las alianzas que se alcancen con dirigentes que después puedan armar bloques propios.
Una vez más, la pelea crucial será en la provincia de Buenos Aires.
En el territorio bonaerense, como ya adelantó PERFIL, la oposición buscará subir a escena a la vicepresidenta bajo la premisa de que con mayoría propia, el kirchnerismo podría avanzar hacia un eventual plan de “Cristina eterna”.
Sin mayoría y con la necesidad de depender de los acuerdos con los aliados, el Frente de Todos viene teniendo una dinámica trabada en Diputados. Sobre todo para los proyectos vinculados a la agenda institucional. La reforma judicial o la modificación del Ministerio Público Fiscal, son ejemplos de iniciativas que pasaron sin dificultades por el Senado y que no lograron consenso en la Cámara baja.
Panorama. Ante este escenario, PERFIL presenta cuatro escenarios posibles de cómo puede quedar el diseño de Diputados con los resultados de las elecciones de octubre próximo. Los dos primeros tomando como referencia los resultados y la distribución de bancas provincia por provincia de 2017 y de 2019. Los otros dos, en tanto, escenarios intermedios que, claro está, son variables y puestos a modo de referencia. En dos de esos casos, el Frente de Todos se aseguraría el quórum propio (129 diputados) y en un tercero sumaría bancas pero seguiría dependiendo de aliados.
En la provincia de Buenos Aires es donde más difícil es hacer proyecciones. No solo porque todavía faltan nueve meses para que la gente decida su voto, con crisis económica y sanitaria todavía mediante, sino porque la oferta electoral puede variar significativamente la distribución de bancas. El sistema D’Hondt (cálculo proporcional para distribuir las bancas) y el piso electoral del 3% puede hacer que un partido menor pase de no ganar ninguna banca a sumar dos. ¿El FIT repetirá el resultado 2017 y se llevará dos bancas? ¿Los liberales podrán crecer o quedarán como un espacio testimonial como en 2019?
De los 35 diputados de PBA que terminan su mandato en 2021, 16 son del Frente de Todos y 14 de Juntos por el Cambios (2 del FIT, 1 de Consenso Federal y 2 de otros bloques). En 2017, el kirchnerismo se quedó con 13 (sacó el 36%), pero el massismo (junto a Margarita Stolbizer) sumó otros 4 y el espacio de Randazzo, uno más. En 2019, todo el peronismo unido ganó 19 bancas (52%). En una elección que se avizora polarizada, como la última, y con el Frente de Todos manteniendo la unidad, es de esperar que, como mínimo, el Gobierno conserve los 16 que arriesga.
En el resto del país habrá distritos claves. En CABA y Santa Fe el oficialismo arriesga 3 bancas y hoy tendría un piso electoral más alto que el de 2017. En Córdoba y Mendoza, solo una. Jujuy, Chaco, Tucumán, Santa Cruz, Salta y Formosa, son provincias donde también podría sumar más diputados de los que tiene que renovar. Con diez bancas más de las que ganó en 2017 confirma la mayoría propia. Un resultado que no sorprendería en el mundo político.
