Recién empezaba el 2011 y un sector del kirchnerismo más ultra no solo planteaba que Cristina Kirchner sería candidata sino que se entusiasmaba con una reforma constitucional y la opción de una “Cristina eterna”. La oposición tomó eso como bandera y lo empezó a utilizar como mensaje de campaña polarizador. “No se hagan los rulos”, fue la respuesta de la entonces presidenta. Diez años después la historia se volverá a repetir: desde Juntos por el Cambio ya piensan en utilizar el mismo lema de “Cristina eterna” como parte de su estrategia para las elecciones legislativas.
No serán elecciones sencillas para nadie. El oficialismo tendrá a cuestas todavía los estragos de una crisis económica que se profundizó con la pandemia y la cuarentena, sumado a que depende de una campaña de vacunación exitosa para poder enderezar el rumbo en la cuestión sanitaria. Pero Juntos por el Cambio, por su parte, tendrá el desafío de dejar atrás la mala imagen con la que dejó el poder en 2019 y, además, debe repetir el resultado que obtuvo en 2017, que fue su mejor elección.
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En ese sentido, en el principal espacio opositor reconocen que una vez más todas las expectativas estarán puestas en la provincia de Buenos Aires, en particular en el Conurbano. Aspiran a tener de nuevo buenos resultados en todo el centro del país, dan por perdido el norte y quizás mejorar un poco en la Patagonia. Pero sobre todo tienen que recuperar terreno perdido en territorio bonaerense, donde en 2017 llegaron al 41% y cayeron a 36% dos años después (el kirchnerismo sacó 52%).
Una de las cabezas del radicalismo no duda al plantear en tres puntos cuál debe ser la estrategia electoral. “En primer lugar, correrlo a Mauricio Macri del centro de la escena, y de eso se está encargando Horacio Rodríguez Larreta”, expresa, a la vez que se encarga de defender al ex presidente y resaltar que solo es un planteo estratégico. La aclaración viene a cuenta del segundo punto: “La unidad de Juntos por el Cambio”. Después de un año donde duros y moderados tensionaron la cuerda, hoy en el espacio opositor hay coincidencias con dejar de lado las rispideces y trabajar en sintonía. “Y el tercer eje es tener un discurso para el Conurbano, donde hay un sistema de subsidios que armó el kirchnerismo que perjudicó y que está agotado. Ahí tenemos que poder nacionalizar la elección”, describe.
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Es en ese punto, el de nacionalizar la elección, donde incorpora la figura de Cristina Kirchner. La lectura que hacen desde todos los espacios de Juntos por el Cambio es que la alternativa que tiene la vicepresidenta para quitarse de encima la presiones judiciales es logrando más poder. “Vuelve el ‘Cristina eterna’, como en 2013”, lo resume uno de los dirigentes que conduce el PRO. Y razona: “¿Cuál es la única forma con la que evita la condena? Teniendo más poder, perpetuándose”.
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En esa línea, en reuniones partidarias, Horacio Rodríguez Larreta suscribió a la estrategia de no apuntar al peronismo en general, sino al kirchnerismo en particular. Ven que hay dirigentes del peronismo que buscan diferenciarse de La Cámpora.
En la UCR coinciden, aunque con una leve diferencia: “Quizás esta vez es ‘kirchnerismo eterno’”, resume un dirigente que ya no pone la mira solamente en Cristina sino también en Máximo Kirchner, como un eventual sucesor en el liderazgo del espacio que viene protagonizando la política argentina desde 2003. “Con mayoría en Diputados ellos son capaces de avanzar en una reforma constitucional, en que los jueces sean electos, armar su esquema de populismo jurídico, todo plebiscitario”, enumera un referente radical.
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En la Coalición Cívica ARI no dejan de alertar sobre el “ataque al orden institucional” que, según denuncian, motoriza la vicepresidenta. De hecho, Elisa Carrió ya promovió un pedido de juicio político en su contra y se decidió a lanzarse al ruedo electoral en la Provincia. “Los movimientos de CFK las últimas semanas, de avasallamiento sobre las instituciones, lo que le está haciendo al Presidente, ve que van por todo y ella sale a jugar”, resume uno de sus laderos sobre su candidatura, con la que además busca marcar la cancha en la interna de Juntos por el Cambio.
¿Lograrán repetir la estrategia de subirla al ring y polarizar con ella? En 2011, ante la Asamblea Legislativa, Cristina coqueteó: “¿Alguno me ha escuchado decir que voy a ir a la reelección en 2011? Entonces no se hagan los rulos, creo que realmente lo que están tratando de hacer es lo que siempre hicieron, campañas difamatorias y distractivas”. Finalmente fue por la reelección y la ganó abultadamente. Dos años después, la oposición volvió a plantear el ‘Cristina eterna’ y el kirchnerismo perdió las legislativas. Luego de dejar el poder en 2015, volvió al binomio presidencial con Alberto Fernández encabezando la fórmula en 2019. Esta vez, sin embargo, con un juicio oral y público en marcha y varios más listos para arrancar.
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GZ/MC