Poco antes de que la reforma judicial impulsada por el kirchnerismo tuviera media sanción en el Senado, la legisladora oficialista Anabel Fernández Sagasti denunció que en redes sociales "hubo amenazas de muerte contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner", señalando además que esas intimidaciones incluyeron "la publicación de teléfonos y direcciones" del representantes del oficialismo.
La senadora mendocina, una de las voceras habituales de las posiciones políticas que impulsa indicó que un "un ciudadano cordobés" amenazó "de muerte" a la presidenta del Senado y que "se han creado dos cuentas en redes que han publicado teléfonos particulares y direcciones de domicilio particulares de los senadores y sus familiares".
"Ha ocurrido algo grave que ha ocurrido en el transcurso de esta sesión, primero la amenaza de muerte que usted (por CFK) ha sufrido por parte de por parte de un ciudadano cordobés (al que la senadora mendocina identificó como 'Eduardo Prestofelipo') que la ha amenzada de muerte vía de redes sociales, este señor es de profesión periodista, y le ha dicho que de esta sesión usted no va a salir viva, así que queremos decirle de nuestra total solidaridad ante esa amenaza", dijo Fernández Sagasti.
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Y enseguida agregó que "además se han creado dos cuentas en redes sociales que han publicado los teléfonos particulares, en mi caso los teléfonos de las casa de mis padres, y también las direcciones de todos los senadores y senadoras que estamos defendiendo este proyecto de reforma judicial".
En ese momento, pidió una cuestión de privilegio el senador Martín Lousteu que fue rechazada, pero luego cuando se la concedieron el legislador radical destacó "sumamos energicamente nuestro repudio a esas amenazas", al tiempo que un episodio de amenaza sufrido en su caso en la vía publica, también por cuestiones vinculadas con votos legislativos y la grieta política.
Sin embargo Lousteau señaló en su cuestión de privilegio que "todos tenemos que hacer tener cuidado con las formas, porque en tiempos extraordinarios y de disrupción, son las instituciones las que tienen que marcar la normalidad y si nosotros en lugar de debatir con normalidad lo hacemos de esta forma, alentamos comportamientos que tenemos que tratar de desalentar completamente en la sociedad".
HB / DS