La mayoría de las personas imaginarían algo más rústico pero este refugio no es como los que vemos en las películas. Mientras decenas de personas perderán sus vidas, abajo de ellos está el búnker que cuenta con un cine, spa, gimnasio, un campo de tiro y una pileta con tobogán para mantener a los ocupantes entretenidos.
Pero sobrevivir al fin del mundo tiene un precio. Un penthouse, de unos 3.600 metros cuadrados, dentro del búnker tiene un precio de 4,5 millones de dólares. Mientras que una unidad de medio piso de 900 metros cuadrados sale 1,5 millones. Y las unidades de piso completo, 1,820 metros cuadrados, se cotizan a 3 millones de dólares, según informa el portal Mirror.
Si algún extravagante multimillonario no quiere vivir junto a otras personas, la compañía podría construir un búnker a medida en la propiedad del dueño.
¿El encargado? Larry Hall, es un ingeniero y desarollador de software. Convirtió el "Atlas Missile Silo" en el estado de Kansas, en un complejo de lujo "Survival Condo and Resort".
El refugio también cuenta con una instalación médica, una escuela, pared para escalar, canchas de fútbol, juegos y un parque para aquellos que traen a sus mascotas.
Hall aseguró que el búnker tiene seguridad militar. Esto incluye medidas letales y no letales para proteger a sus ocupantes "no importa cuál sea la amenaza", sentenció.
Agregó que las habitaciones de este primer resort de supervivencia ya se agotaron. Y lo que sorprende aún más es que sus clientes no son los típicos millonarios que se retratan en los medios de comunicación. Hall los describió como personas exitosas, educadas y acomodadas que desean tranquilidad si ocurre un desastre.
El búnker está específicamente construido para cualquier ataque nuclear. Las paredes tienen 10 metros de espesor, hechas de cemento endurecido epoxi que fueron construidas en 1960 para albergar y proteger los misiles nucleares Atlas.
A pesar de esto, Hall aseguró que sus clientes se preocupan principalmente por los desastres naturales o causados por el hombre o la desintegración de la sociedad y el malestar civil total.
"En el caso de un desastre mayor, un colapso económico o cualquier otro futuro, hay una preocupación común que Larry y sus inquilinos comparten, y esa es la capacidad de protegerse a sí mismos y a sus familias cuando el Gobierno no sea capaz de hacerlo", señaló en un comunicado de la compañía.
Los ocupantes vienen de diferentes los estados de Estados Unidos, y tienen un transporte en especial para ir al búnker de ser necesario.