El Gobierno presentó una ambiciosa inversión con la que busca duplicar el número de radares en un plazo de tres años y potenciar la vigilancia del espacio aéreo argentino. Se trata, además, de uno de los proyectos con los que se aspira a capitalizar el Fondo Nacional de la Defensa (Fondef) a partir de una partida específica de 9200 millones de pesos direccionados, en este caso, al Instituto de Investigaciones Aplicadas - Sociedad del Estado (Invap).
"Este año vamos a invertir en INVAP más de lo que invirtió el macrismo en sus cuatro años de gestión", lanzó el ministro de Defensa, Agustín Rossi, tras participar de una recorrida por las instalaciones del instituto en San Carlos de Bariloche junto al Presidente Alberto Fernández y la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras. Con idéntico tono, sostuvo que "parece una ironía, los que decían que la frontera era un colador no colocaron ningún radar más en el país durante los cuatro años que estuvieron”, en alusión a la gestión de Juntos por el Cambio.
Aunque el anuncio puede haber quedado, paradójicamente, fuera de radar frente a la ofensiva retórica de Rossi contra la oposición –luego le dedicaría un tuit a la titular de PRO, Patricia Bullrich– y las exhortaciones a la unidad de Fernández durante su discurso, se trata de un emprendimiento de valor estratégico para reforzar el Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial (SINVICA), cuyo punto de origen se remonta a 2004.
Puntualmente, se fabricarán cinco unidades del denominado Radar Primario Argentino 200 (RPA-200) para localizarse en las ciudades de Posadas (Misiones), Resistencia, Charata y Taco Pozo (Chaco) y Río Grande (Tierra del Fuego). Se sumarán a los dispositivos RPA 240 ya operativos en Merlo (Buenos Aires), Villaguay (Entre Ríos), Mercedes (Corrientes), San Pedro (Misiones), Pirané y Las Lomitas (Formosa) e Ingeniero Juárez (Jujuy). Por último , se mudará el radar 240 que hoy funciona en el Aeropuerto Internacional de San Carlos de Bariloche para su sitio definitivo en la ciudad santafesina de Tostado.
"Los que decían que la frontera era un colador no colocaron ningún radar más en el país durante los cuatro años que estuvieron”, cuestionó el ministro Agustín Rossi en alusión a Juntos por el Cambio
"El Invap nunca dejó de ser una política de Estado. Nosotros hemos creído siempre en la capacidad tecnológica argentina. Apostamos a que el Invap sea enorme y sea capaz de desarrollar la ciencia y tecnología necesaria para nuestro país", aseguró Fernández. Rememoró, además, que fue en la administración de Néstor Kirchner, en la que él ofició de Jefe de gabinete, cuando se avanzó con el plan de radarizar al país a través de la producción nacional de estos dispositivos en San Carlos de Bariloche.
Tal como puntualizó el Presidente, "no se trata solo de comprar un radar" sino de la inversión fija que implica su mantenimiento y actualización, tanto en lo tecnológico como en su software. Allí es donde ingresa el Invap como una herramienta preciada en el desarrollo tecnológico autóctono. Rossi añadió que el nuevo contrato con el Invap es "por seis nuevos radares y existían otros seis hasta ahora, en un contrato que se había finalizado en el 2015, o sea que duplicamos la cantidad de radares". El convenio lo firmaron el jefe de la Fuerza Aérea Argentina, el brigadier mayor Xavier Julián Isaac, y el gerente general de Invap, Vicente Campenni.
El denominado Radar Primario Argentino 200 es un dispositivo de nueva generación capaz de cubrir un radio de 400 kilómetros con un costo de fabricación de hasta un 20% menor al modelo previo. Además, según destacaron en Defensa, el 80 % de su fabricación se realiza con insumos y mano de obra argentina y su cadena de producción involucra, directa e indirectamente, a más de 150 empresas PyME. Uno de los objetivos centrales del Fondef es, precisamente, estimular el desarrollo nacional.
"Tenemos una alianza estratégica con Invap porque nos permite pensar en el futuro. La distancia tecnológica de los países periféricos con los países centrales cada vez es más amplia, y resulta que la forma de acortar esa distancia es apostar por lo nuestro", remarcó Rossi. Puntualizó, además, que el objetivo es reemplazar los radares que funcionan hoy en Posadas y Resistencia —importados de España—por los nuevos dispositivos. "Sólo 15 países del mundo tienen acceso a la tecnología para la fabricación de radares, y contar con eso nos da una independencia y libertad a la hora de tomar decisiones", destacó el santafesino.