El 15 de diciembre de 1983 se creó en Argentina la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP)
Crear la CONADEP fue una de las primeras medidas de gobierno de Raúl Alfonsín, quien había asumido como presidente apenas cinco días antes, el 10 de diciembre de 1983. Tras el último golpe militar argentino, Alfonsín restablecía la democracia en la Argentina.
Con el Decreto 187/83, el Poder Ejecutivo fundamentó la creación de la CONADEP para conocer la verdad de los hechos ocurridos durante la dictadura reciente, como base de la futura unidad y reconciliación nacional.
La CONADEP Nacional sobre la Desaparición de Personas tuvo como objeto investigar las violaciones de derechos, particularmente la desaparición de personas, ocurrida entre 1973 y 1983.
El artículo 2 del Decreto 187/83 enumera taxativamente las funciones de la CONADEP:
● recibir denuncias y pruebas sobre aquellos hechos y remitirse a la justicia si ellas están relacionadas con la presunta comisión de un delito;
● averiguar el destino de las personas desaparecidas;
● determinar la ubicación de niños sustraídos de la tutela de sus padres o guardadores a raíz de acciones emprendidas con el motivo alegado de reprimir el terrorismo de estado;
● denunciar a la justicia cualquier intento de ocultamiento, sustracción o destrucción de elementos relacionados con los hechos que se pretenden esclarecer;
● emitir un informe final con una explicación detallada de los hechos investigados, a los 180 días a partir de su constitución.
Durante nueve meses, la CONADEP recibió testimonios de familiares de desaparecidos, sobrevivientes y otros testigos. Analizó documentación y realizó visitas de inspección a los centros clandestinos de detención donde estuvieron cautivos los desaparecidos denunciados.
Al poco tiempo de haber sido nombrado, el cirujano cardiovascular René Favaloro renunció a su cargo, porque se opuso a que esa comisión no recibiera denuncias de los crímenes de la Triple A, cometidos durante el gobierno de Juan Domingo Perón y María Estela Martínez de Perón.
En el Anexo I del Decreto 187/1983 se estipuló la nómina de personas designadas por el Poder Ejecutivo para integrar la CONADEP: el ex rector de UBA Ricardo Colombres, René Favaloro, el ingeniero Hilario Fernandez Long, el pastor evangélico Carlos Gattinoni, el filósofo Gregorio Klimovsky, el rabino estadounidense Marshall Meyer, Monseñor Jaime de Nevares, el militante de derechos humanos Eduardo Rabossi, la periodista Magdalena Ruiz Guiñazu y el escritor Ernesto Sábato.
La CONADEP se disolvió el 20 de septiembre de 1984, momento en que Ernesto Sábato entregó el informe Nunca Más, en carácter de Presidente de la Comisión.
“Las grandes calamidades son siempre aleccionadoras, y sin duda el más terrible drama que en toda su historia sufrió la Nación durante el período que duró la dictadura militar iniciada en marzo de 1976 servirá para hacer comprender que únicamente la democracia es capaz de preservar a un pueblo de semejante horror”, dijo el autor de El túnel, al entregar el informe final Nunca Más.
Una de las críticas que se la hace a la CONADEP es el recorte temporal de su investigación, limitado a los crímenes cometidos por la cúpula militar. Además, las Madres de Plaza de Mayo criticaron que no revelara las identidades de los represores, tanto civiles como militares.
La CONADEP se limitó a los desaparecidos de los primeros años de dictadura, y no investigó los crímenes de la Triple A. Tampoco fueron investigadas las acciones delictivas de las cúpulas de las organizaciones guerrilleras
Mediante el Decreto 157/83 Alfonsín promovió la acción penal no sólo contra las cúpulas de las Juntas militares sino también contra las cúpulas de las organizaciones guerrilleras que actuaron desde el 25 de mayo de1973.
MM/FL