Julio Cobos participó de una conferencia de prensa virtual organizada por estudiantes del Posgrado en Periodismo de Investigación del Grupo Perfil y la Universidad del Salvador (USAL), en la que analizó la gestión de Alberto Fernández respecto a la pandemia y el escándalo tras la difusión de los festejos en Olivos. “El Presidente hoy está prisionero de esa foto y en un remolino con gran turbulencia, costándole mucho salir de esa situación. Esto perjudicó fundamentalmente la credibilidad presidencial”, sostuvo.
El senador y candidato a diputado nacional por el Frente Cambia Mendoza también se refirió a la reaparición del expresidente Mauricio Macri, a la candidatura de Facundo Manes y al rol de la Unión Cívica Radical (UCR) en la interna opositora. “El radicalismo logró una esperanza, pero le suma también aire fresco al espacio electoral que hemos conformado desde la Convención de Gualeguaychú”, apuntó Cobos en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.
—¿Cómo cree que lo recordará la historia en su voto desempate en la recordada 125?
—La historia se va construyendo con el tiempo. Es lo que dije y lo que expresé en ese momento, pero hasta ahora yo no cambiaría mi decisión ante un hecho similar. Fue una decisión tomada en un momento difícil del país, quizás el más complicado y donde ya estaba ajena a sucumbirse en un problema sectorial o económico, ya estaba en juego la paz social. Por lo menos acá en Mendoza me han juzgado bien. Cada vez que me he presentado como candidato los mendocinos me han apoyado mayoritariamente.
—Hace poco, usted dijo que dudaba de continuar con su carrera política pero luego confirmó su candidatura. ¿Qué fue lo que lo hizo cambiar de opinión?
—Tengo 66 años y he sido padre hace 6 meses y medio. Está situación de paternidad me ha hecho pensar de dedicarle más tiempo a mi hija y compensar, a lo mejor, el tiempo que no le dediqué a mis hijos. Tengo nietos, además. Decidí que a partir de ahora voy a pensar más en lo personal, en lo particular, en lo familiar, en mi paternidad. Pero, cuando me consultaron mis amigos, mis correligionarios, los dirigentes y el propio gobernador de Mendoza les dije que necesitaba un tiempo para pensar. Y, luego, tomé la decisión de continuar y presentarme en la lista de Diputado Nacional.
—¿Cómo evalúa la gestión de Alberto Fernández en la pandemia?
—La gestión de la pandemia tuvo un inicio razonable. En virtud de ser acordadas previamente las medidas, aparecieron en la escena pública figuras como el gobernador de Santa Fe, el fefe de Gobierno de la Ciudad, el gobernador de Jujuy, el Presidente mismo, el gobernador de la provincia de Buenos Aires. Estaba reunido todo el arco político en una situación de crisis sanitaria muy fuerte. Eso fue un buen comienzo. Pero después no se supo encontrar un equilibrio entre salud, economía y, yo te agregaría, educación, porque se afectó mucho la ausencia de los chicos en la escuela, el grado de deserción ha sido muy grande. Debo reconocer que el tema sanitario funcionó y las medidas de aislamiento permitieron ganar tiempo para fortalecer el sistema de salud. En líneas generales, me parece que faltó continuar en el tiempo con estos acuerdos, estos consensos.
—¿Qué opinión le merece los dichos de Alberto Fernández sobre los festejos en Olivos?
—La verdad que no ha sido bueno para él ni para la sociedad en conjunto. Ha sido un golpe bajo al sacrificio que ha tenido que hacer la gente. En todo sentido, que se pagó con pérdidas de empleo, con pérdida de libertades, con la pérdida de algún familiar. Esto no ayuda, afecta la credibilidad del Presidente. Justamente, lo último que se debe perder es la credibilidad o la autoridad porque la interrogante es: ¿qué pasa si viene otra ola y hay que tomar una medida fuerte o restrictiva? ¿Qué autoridad va a tener para poder anunciarla? El Presidente hoy está prisionero de esa foto y en un remolino con gran turbulencia, costándole mucho salir de esa situación. Esto perjudicó fundamentalmente la credibilidad presidencial.
—¿Usted cree que esas fotos y videos pueden generar que el oficialismo pierda las elecciones?
—Le juega negativamente. Es un efecto que se puede generalizar en toda la dirigencia política como el tema de la pandemia, porque el humor social se afecta y por ahí se ve a la dirigencia política con los beneficios. Pero, sin duda, el mayor impacto lo tiene el Presidente y el Frente de Todos. Sin dudas que va a afectar, no soy politólogo ni encuestólogo, pero algunas mediciones están mostrando que va a impactar desfavorablemente en el Frente de Todos.
—Desde que se supo la decisión de Cristina Kirchner de ofrecerle a Alberto Fernández la candidatura a la Presidencia, se habló mucho sobre la relación personal y el ejercicio del poder entre ellos. Y la semana pasada generó impacto el reto en público que Cristina le hizo a Alberto. ¿Hay algo que usted pueda, si se puede, recomendarle a Alberto Fernández conforme a su relación con Cristina Kirchner?
—Sí, yo hice recomendaciones antes, porque viene de un poder invertido esta relación, es decir, la vicepresidente propone al presidente, cosa que, normalmente, es al revés o surge por un acuerdo político que se respeta. Al principio. yo lo veía a Alberto Fernández como que tenía que ser demasiado agradecido. Y también me preguntaba al comienzo del Gobierno cómo iba a construir Alberto Fernández poder propio, si la mayoría de los legisladores que lo acompañaron no le responden directamente a él, sino a la vicepresidente. El resultado es que no hay un poder real fuerte. Entonces, tiene que andar bien la economía para que Alberto Fernández gane aceptación en la ciudadanía, pero eso no pasó y, además llovió sobre mojado porque vino la emergencia sanitaria. Y hoy nos encontramos con una situación de debilidad en la autoridad presidencial.
—¿Si Cristina hubiese sido presidenta durante este período, hubiese hecho un mejor trabajo que Alberto?
—Yo no soy muy amigo de la continuidad. Prefiero alternancias y que se facilite la renovación. Lo que sí hubiera habido, sería una mayor sinceridad entre lo que se dice y lo que se hace, porque yo no creo que el pensamiento de Alberto Fernández sea la política relación exterior que uno ve reflejada en las decisiones hacia la postura Nicaragua o Venezuela. Hay cosas que se ve obligado el Ppresidente a digerir y, en cambio, lo de Cristina es una postura más real.
—¿Qué representa Facundo Manes para el radicalismo?
—Representa una figura nueva, es un radical de muchos años, pero que no ha participado. Y siempre es buena una figura de refresco. Yo siempre decía que el radicalismo necesita transformarse en una alternativa de gobierno, tener un referente importante y con peso electoral en dos distritos que no lo teníamos: Capital Federal y provincia de Buenos Aires. Y hoy tenemos esa posibilidad con Martin Lousteau en Capital y Martín Tetáz, que está apareciendo como una figura nueva y con apoyo popular, y con Facundo Manes, que participa en una primaria nos enriquece a todos porque se torna competitiva. Competitiva hacia adentro y hacia afuera. El radicalismo logró una esperanza, pero le suma también aire fresco al espacio electoral que hemos conformado desde la Convención de Gualeguaychú.
—¿Cómo ve la reaparición de Mauricio Macri?
—Ha sido un pedido especial de María Eugenia Vidal, con la cual él ha tenido una muy buena relación. Hay que ver si esta reaparición se limita a algunos distritos donde se reclama su presencia de manera que puede contribuir esto o favorecer a los candidatos de Juntos por el Cambio.
—¿Macri tiene que aparecer más o menos en la campaña?
—Macri tiene que aparecer lo justo y necesario, y debe ser conforme a cada pedido. Igual, la opinión de Mauricio Macri es importante, porque es la de un expresidente.
—¿Qué hace falta en Argentina para que se apruebe la subrogación por sustitución?
—Este tema es importante y hay que regularlo. Nosotros volvemos a presentar el proyecto porque se venció. Por lo menos, en el Senado, está en cuatro comisiones. Gabriela Estévez, la diputada del Frente de Todos, también presentó un proyecto en Diputados, muy parecido al nuestro. Nos hemos juntado con Marley en el Senado y estamos dispuesto a consensuar. Es un tema de mucha importancia, sobre todo para la seguridad jurídica que hay que brindar a los padres, a la mujer o a la persona gestante y a los hijos. Una realidad que tenemos que asumir y ojalá que entre en debate.
—Agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas de Perfil Educación y le damos la posibilidad de cerrar el reportaje con un comentario final.
—Necesitamos hacer cambios estructurales. Y el mayor cambio estructural que necesitamos es tratar de encausar nuestra macroeconomía, porque todas las medidas o todos los proyectos de ley que a veces son buenos, se desvirtúan por el mayor problema que hoy tenemos, que se llama inflación. Queremos generar programas de inversión y aparece el problema de la inflación, cómo realizamos uno una evaluación de un proyecto a 5 o 10 años si no sabemos cuál va a ser el valor del dólar. Esas son las reformas que debemos impulsar. Y les deseo mucha suerte a ustedes en su estudio, porque siempre el estudio aporta valor agregado para el conocimiento y hoy los países que crecen son los que tienen mayor conocimiento.
Por Carolina De Luca, Sol Muñoz y Dolores Pérez Müller
Estudiantes de Periodismo de Perfil Educación
Posgrado en Periodismo de Investigación Perfil-USAL