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Guerra en Europa

La soldado trans que pelea en el frente ucraniano y los rusos le pusieron precio a su cabeza

Se trata de Sarah Ashton-Cirillo, sargento de las Fuerzas Armadas Ucranianas que fue señalada varias veces en el primer canal de la televisión estatal rusa. Su pelea es tanto en el frente como en las redes sociales.

Sarah Asthon-Cirillo, la soldada trans, estadounidense que combate en el frente ucraniano
Sarah Asthon-Cirillo, la soldada trans, estadounidense que combate en el frente ucraniano | Twitter Sarah Ashton-Cirillo

Sarah Ashton-Cirillo es una soldada trans, neoyorkina de 46 años que hoy integra el frente ucraniano. Además de combatir con armas, ella lleva adelante una fuerte campaña contra Vladimir Putin y la invasión rusa en sus redes sociales lo que le dio tanta notoriedad como para que su cabeza tuviera precio para el enemigo. Su nombre en código militar era Blonde (rubia, en inglés), pero lo tuvo que cambiar por la persecución. “Si los rusos interceptan nuestras comunicaciones de radio, escuchan mi nombre y captan la posición donde estoy, irían a por mí”, explicó la sargento de las Fuerzas Armadas Ucranianas.

Ashton-Cirillo fue señalada en numerosas ocasiones por el primer canal de la televisión estatal rusa como un enemigo a abatir, pero poco antes de que empezara la invasión de Ucrania, era analista financiera en Las Vegas.

Actualmente es una militar ucraniana nacida en Estados Unidos y una excepción como combatiente trans. “Los medios son importantes, pero necesitan audiencia, y los medios están siendo sensacionalistas con el hecho de que aquí haya una soldada trans”, sostuvo Ashton-Cirillo en una entrevista con El País.

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Sarah Asthon-Cirillo, la soldada trans, estadounidense que combate en el frente ucraniano

La soldada es una de las voces fuertes de Ucrania por su contundencia al hablar de lo que considera una batalla entre la democracia y la tiranía y porque, pese a su inexperiencia militar, se unió a las Fuerzas Armadas. En febrero sufrió una herida en Bajmut y ese momento fue transmitido en su cuenta de Twitter por lo que ganó todavía más popularidad. Para ella, es central difundir toda la información posible de primera mano, pero el costo es que el enemigo la incluyó en su lista de los objetivos a eliminar.

Sarah Asthon-Cirillo, la soldada trans, estadounidense que combate en el frente ucraniano

 Ashton-Cirillo comparte en sus redes sociales imágenes del frente, mensajes contra Rusia y pide ayuda para el ejército ucraniano y, desde el inicio de la invasión, según sus cálculos, logró juntar más de 250 mil dólares.

Ser trans en Ucrania

El caso de la soldada cobra mayor peso aún en un país que es conservador en cuanto a las identidades de género donde el matrimonio entre personas del mismo sexo está prohibido. Ashton-Cirillo contó que hay otra mujer trans, ucraniana, combatiendo para Kiev, pero que son excepciones, como lo serían en cualquier otro ejército. 

Este miércoles 17 de mayo, “Blonde” posteó en Twitter una foto tuya previa a su completa transformación de aspecto y escribió: “Para conmemorar el día internacional contra la homofobia, bifobia y transfobia”.

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De todos modos, Ashton-Cirillo, sostuvo que no tuvo inconvenientes en Ucrania por su identidad de género. En ese sentido contó cómo fue el camino que la llevó a la guerra. Ella estaba en Alemania escribiendo artículos periodísticos sobre la oleada de refugiados que huían de la guerra para un medio estadounidense especializado en información sobre los derechos LGTBI.

Sarah Asthon-Cirillo, la soldada trans, estadounidense que combate en el frente ucraniano
"Blonde” posteó en Twitter una foto tuya previa a su completa transformación de aspecto y escribió: “Para conmemorar el día internacional contra la homofofia, bifobia y transfobia”

En ese país conoció a una doctora ucraniana que tenía que volver a su ciudad natal, Ivano-Frankvisk, en el oeste del país. Fue entonces que cruzó la frontera por Polonia. Cuando llegó a Ivano-Frankvisk, estaba tramitando su acreditación de prensa y conoció a dos hombres que se identificaron como agentes de los servicios de inteligencia y le explicaron que se dirigían a Járkov, en aquel momento asediada por las tropas rusas y que en ese lugar faltaban periodistas.

Con esa información, cuando le propusieron sumarse a la expedición, no lo dudó: “Me metí en el coche con ellos, solo dos horas después de conocerlos, crucé el país con dos desconocidos que me trataron igual que a cualquier otra. Y allí dejó de tener sentido la cuestión de la identidad de género durante la guerra”.

“Yo tenía una vida muy rica antes de la guerra, en Nevada. No vine aquí buscando algo, pero algo aquí se desbloqueó, tenía la necesidad de combatir por los valores de la libertad. Es una guerra por la liberación de Ucrania, pero también por la libertad de los seres humanos”, contó a El País de España.

RB CP