En medio de un operativo de seguridad similar al del G20 aunque a una escala menor, el presidente Mauricio Macri abrirá a las 10 la II Conferencia de Alto Nivel sobre la Cooperación Sur-Sur, organizada por las Naciones Unidas en la Ciudad de Buenos Aires. Si bien el clima se tensionó en los últimos días con la reproducción de todo tipo de versiones sobre los dos ciudadanos de origen iraní que ingresaron al país con documentos adulterados, desde el Ministerio de Seguridad negaron que se haya escalado en el nivel de alerta más allá de los previsto para una cumbre de esta magnitud.
Localizado en el Centro de Exposiciones y Convenciones, junto a la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, el operativo de seguridad también involucra a las cuatro fuerzas federales. En esta ocasión, no obstante, solo se movilizó a los destacamentos en la Ciudad y alrededores en comparación con los 20 mil hombres desplazados el año pasado para el G20 en Costa Salguero y los anillos concéntricos.
“El nivel de alerta es menor y los mandatarios que vienen no tienen la conflictividad del G20. Además, esta es una reunión bajo el paraguas de las Naciones Unidas”, aseguró un alto funcionario de la cartera a PERFIL. De hecho, el territorio físico en el que se desarrolla el evento, el CEC, pasó a formar parte de lo que se conoce como Blue Zone, o Zona Azul, bajo la jurisdicción del Sistema de las Naciones Unidas. Allí flamea, desde el lunes, la bandera celeste del organismo. Pese a ello, la vigilancia dentro del recinto también reposa en las fuerzas locales, sin importar que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, con rango presidencial, se traslade con su propio jefe de seguridad.
Como ocurrió en la Cumbre de Líderes, también en torno a la Conferencia Sur-Sur se cerrará el espacio aéreo si bien con un radio mucho más estrecho. En consecuencia, no habrá vuelos afectados más allá de tener que desviarse unos metros de su ruta habitual. Los drones estarán prohibidos y las fuerzas de seguridad los derribarán con inhibidores ante la menor señal de alerta si un dispositivo no autorizado irrumpe en la Blue Zone.
Todos los que ingresen deberán pasar por escaneos y, por último, no habrá calles cortadas. Salvo algún eventual traslado de las delegaciones, cuya logística se articuló con las embajadas, en la cartera que comanda Patricia Bullrich confían en que el tráfico no debería sufrir mayores complicaciones. Toda la acción la seguirán desde el Centro de Monitoreo instalado en el ministerio.