El pescador de una pequeña localidad costera de Santa Fe se encontró con una sorpresa cuando sacó su red del agua y se encontró con un animal que no era habitué del río Paraná. “Pensé que era chino”, dijo Emiliano Almada cuando finalmente corroboró que se trataba de un salmón oriundo de Chile.
Es el segundo que aparece en esas costas en el último mes. “En mi vida vi un pescado así y además salieron dos en el mismo lugar, puede ser que venga un cardúmen atrás. Mi intuición me dice que debe haber más dando vueltas, porque cuando sale un pescado raro suelen salir más”, contó Almada a La Nación.
“Estaba con mi hermano en la lancha y veo una pieza enorme, de unos 12 kilos. Me di cuenta que era un salmón porque otro muchacho había sacado uno igual hacía unos días y yo había visto las fotos” relató. El salmón, según su descripción, se distingue porque es “muy pesado, macizo, con dientes visibles y un tipo de escama que llama la atención”.
Andrés Sciara, decano de la facultad de Bioquímica de la Universidad Nacional de Rosario y exdirector del Acuario del río Paraná, detalló al mismo medio que el pez es un salmón chinook, una especie comercial introducida en la Patagonia chilena con fines comerciales.
Cuando ocurre un fenómeno exótico como este, los pescadores deben preservarlo para que sean estudiados, y eso fue lo que hizo Emiliano Almanda que lo guardo en el freezer sin intervenirlo.
“Son animales que se reproducen en ríos y luego salen al mar, migran y encuentran cauces o ríos nuevos en los que entran, buscando lugares adecuados para reproducirse”, explicó Sciara. “Tanto la temperatura del agua como la presencia de sedimentos no son las adecuadas para su ciclo reproductivo y es de esperar que no puedan reproducirse en nuestra cuenca. Si bien ya se han reportado algunas apariciones, siguen siendo episodios muy raros y aislados”, agregó.
Su presencia representa un peligro para la fauna local
Los salmones son predadores de la fauna autóctona del río Paraná, por lo que su presencia representa una preocupación. “Los salmones están entre los 100 animales invasores más peligrosos para los ecosistemas nativos, por eso cuando se siembran salmones en cualquier lado, los biólogos se agarran la cabeza. Son muy agresivos con la fauna local, tanto con los peces como con los pequeños vertebrados, son grandes predadores”, apuntó el biólogo.
Estos especímenes, además, al ser reproducidos en ambientes que no le son propios, no tienen depredadores naturales, por lo que su población se incrementa de manera abismal y desplaza a las especies autóctonas.
RB/fl