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Tensiones

Se profundiza la pelea por el liderazgo y las decisiones en Juntos por el Cambio

El viaje de Macri y detalles finales de los comunicados acentuaron las diferencias. Todos rescatan la unidad, pero después discuten sobre los posicionamientos y el tono discursivo.

Se profundiza la pelea por el liderazgo y las decisiones en Juntos por el Cambio
Se profundiza la pelea por el liderazgo y las decisiones en Juntos por el Cambio | Cedoc

Un viaje que descolocó a todos, firmas en un comunicado que más de uno no esperaba, reuniones de Zoom donde nadie se guarda nada, descoordinaciones entre bloques legislativos sobre las posturas a tomar, posiciones duras que son tildadas de extremas por unos, respuestas moderadas que son tildadas de blandas por otros. En Juntos por el Cambio se empieza a profundizar una guerra silenciosa: la del liderazgo del espacio opositor y, sobre todo, la del perfil que asumirá en respuesta a las decisiones del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.

Desde todos los sectores de la alianza aseguran que la unidad no está puesta en discusión y que ese es el mejor resultado que pueden mostrar en estos nueve meses en el llano. También hay cohesión en la lectura de que el oficialismo se radicalizó y que la postura “negociadora” no parece tener margen. Pero a partir de ahí aparecen las diferencias.

“La próxima reunión vamos a tener una discusión intensa”, anticipa uno de los líderes de Juntos por el Cambio. Será este lunes, y volvería a contar con la presencia de Mauricio Macri desde sus vacaciones europeas. El punto de conflicto girará en torno a los títulos y las firmas de los comunicados. Tras el crimen de Fabián Gutiérrez, el ex secretario de Cristina, y un texto que generó controversias, los referentes de JxC decidieron cambiar el esquema de decisión. Ese mecanismo se mejoró y ahora los comunicados pasan por varias manos. Sin embargo, las polémicas subsisten. La semana anterior, uno referido a la moratoria que debatió el Congreso mencionaba a Cristóbal López, pero la versión final el nombre desapareció y solo quedó la compañía (Grupo Indalo). Esta semana, la crítica a la reforma judicial generó cruces porque el título no había sido consensuado (“Una reedición de la propuesta de los 90”) y porque se firmó con nombre y apellido de cada uno y no con el genérico “Juntos por el Cambio”. Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau fueron los más enojados.

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Tironeado, Rodríguez Larreta mantiene su posición de construir como moderado

“Muchas veces somos como una jauría de perros de campo: salimos todos a ladrar y no sabemos por qué”, razona uno de los más críticos de cómo se están tomando algunas decisiones. El problema ante el que se encuentran es que no hay una figura que sea la que defina en última instancia. No hay un líder absoluto. Y no es una cuestión entre partidos, sino puertas adentro del PRO, del radicalismo e incluso, en parte, también en la Coalición Cívica.

La principal discusión tiene que ver con las posturas ante las propuestas del Gobierno. “Hay que discutir con más fuerza. En el Senado, por ejemplo, se quedan en detalles y no dan las peleas más de fondo”, apuntan desde el ala más dura. “Es falso decir que si gritás le ponés un freno al kirchnerismo”, replican desde el otro lado. Y agregan: “Para frenarlos tenemos que ganar la elección”.

Allí aparece una segunda discusión. Los más extremos aseguran que deben consolidar el voto propio, ese 40% (aunque algunos repiten el 41% del escrutinio provisorio) que votó a Macri en 2019. Y sostienen que ese votante les está exigiendo mayor dureza para frenar al kirchnerismo. Allí están Patricia Bullrich (y Macri), radicales como Mario Negri y Alfredo Cornejo (con internas entre sí) o Elisa Carrió, que esta semana volvió a levantar temperatura.

Los moderados, en cambio, consideran que esos votantes nunca van a votar al kirchnerismo y que no hay riesgo de que aparezca un nuevo espacio que los convoque masivamente. Por eso creen que el esfuerzo debe ser ampliar hacia el centro. Conteniendo a los sectores que lideran Emilio Monzó y Rogelio Frigerio, pero también buscando sumar a una Margarita Stolbizer o al socialismo de Santa Fe, por ejemplo. Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Lousteau hasta incluso algunos referentes de la Coalición Cívica repiten ese discurso.

Un tercer dilema asoma allí: la figura de Macri. Cornejo fue uno de los que hicieron pública la idea de que como pasaba con Cristina Kirchner para el peronismo, con Macri solo no alcanza pero sin Macri no se puede. “No coincido. Macri te tiñe todo en todos lados y si se va no perdemos un voto”, retruca otra fuente. Su sorpresivo viaje a Europa descolocó a casi todos. ¿Es enojo? “Está bárbaro si se quiere ir, pero que no haga las dos cosas al mismo tiempo”, fue una de las respuestas escuchadas esta semana ante un eventual liderazgo de Macri.

Pero el otro problema es que ni a Rodríguez Larreta ni a Vidal, según lo que observan diferentes dirigentes del espacio, se los ve trabajando activamente en una construcción nacional. El jefe de Gobierno oscila entre mantener el buen vínculo con el Gobierno y dar señales de independencia, atento a las críticas que recibe de votantes macristas. La ex gobernadora está activa en los Zoom con militantes del espacio, pero no la ven participando de las discusiones políticas en la Provincia. Intendentes y legisladores hacen su juego.

“Hay que construir rápido el polo moderado”, advierten en ese sector. La encrucijada es que los que hoy tienen más intención de voto están en el grupo de los moderados, pero el ritmo político (y las posturas)  lo están marcando los más extremos.