Varios investigadores brasileños liderados por el oceanógrafo Carlos Eduardo Peres Teixeira, de la Universidad Federal de Ceará, determinó que las “cajas misteriosas” con inscripciones en japonés que, en agosto pasado habían aparecido flotando cerca de las playas de los estados de Bahía, Alagoas y Sergipe, en el nordeste de Brasil, provenían de un buque nazi alemán que se había hundido en la zona durante la Segunda Guerra Mundial, según hizo saber la agencia RT, a partir de cables de agencias brasileñas.
En realidad, más que cajas, los bultos serían fardos que contenían grandes cantidades de caucho y estaño que un buque alemán debía llevar presuntamente hasta Alemania, luego de haber zarpado de Japón o de algún otro destino del sudeste asiático que durante la Segunda Guerra Mundial, estaba alineado con Japón y era aliado de la Alemania nazi.
Se supone que esos materiales serían utilizados en la industria aeroespacial o en la fabricación de equipamiento bélico, pero nunca llegaron a destino porque, al ser avistados por un cazabombardero de la Armada de Estados Unidos, fueron inmediatamente bombardeados.
Con los años, ya nadie se acordó de ellos hasta que el movimiento de mareas llevó flotando varios objetos hasta la costa.
Varios buques nazis
Este hallazgo reciente trajo a la memoria otro episodio similar, pero de mucho menor despliegue, que había sucedido en las playas del nordeste de Brasil, en 2018. Restos de otro buque nazi también hundido durante la Segunda guerra Mundial, puntualmente en 1944, comenzaron a salir a la superficie, pero eran migajas de lo que quedaba.
Este cargamento de estaño levantó mayores sospechas por dos razones: la primera es que las cajas, bultos o fardos –como quiera denominárselos- tenían inscripciones en japonés. Y la segunda, consecuencia inesperada, fue el material de los fragmentos hundidos por los cazabombarderos estadounidenses: estaño.
A alguien del equipo de Teixeira se le ocurrió hacer un estudio y seguimiento de ese material y le llamó poderosamente la atención el incremento del precio de la compra-venta de estaño en el estado de Bahía.
Dedujeron que había piratas agitando las aguas y tratando de rescatar restos del naufragio para sacar provecho en el mercado negro de metales. Y dieron en la tecla.
