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Misterio marino

Un alga indestructible se multiplica a gran velocidad en el Mar Caribe

Un espécimen muy agresivo se reproduce a un ritmo vertiginoso y a escasa profundidad, asfixiando los corales del Mar Caribe. Ni los huracanes pueden destruirla. Galería de fotos

Alga peyssonnelia
La dueña del Mar Caribe | Europa Press

Delta, Epsilon e Iota, los peores protagonistas de la temporada de huracanas que acaba de concluir en el Mar Caribe, preocupan tanto a los zoólogos como un alga altamente asesina que no deja crecer nada más allí donde aparece: el PAC. Así llaman los zoológos al alga peyssonnelia que desde hace cinco años apareció en la zona y es una pesadilla. 

A tal punto, que desde hace cuatro años, tres prestigiosas universidades del mundo se unieron para tratar de entenderla y domesticarla y hasta ahora, no han triunfado. 

Biólogos marinos de la Universidad de Oxford, la Universidad Estatal de California en Northridge y el Carnegie Institution for Science unieron cerebros y esfuerzos para comprender la biología y ecología de esta alga tremendamente destructiva. Sus pensamientos, pistas y su desconcierto ya son de orden público, al haber dado a conocer el lineamiento de sus estudios en una publicación conjunta remitida a Scientific Reports

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El PAC es tan virulento que hace territorio y no deja crecer nada a su alrededor. 

De color marrón, a veces anaranjada y con ciertos engañosos tonos dorados, esta alga, que a simple vista parece una costra, crece a poca profundidad y toma por asalto los arrecifes de coral del Mar Caribe. Se propaga tan velozmente que interfiere incluso con las larvas de coral que buscan huecos coralinos para asentarse en los arrecifes y contribuir al ecosistema natural del arrecife.

Según el Dr. Bryan Wilson, del Departamento de Zoología de la Universidad de Oxford, esta alga es “la ganadora ecológica” Del Caribe. 
Mata los corales vivos, evita que las larvas de coral busquen un refugio y se reproduzcan, y ni siquiera los huracanes pudieron con ella. 
El profesor Peter Edmunds, especialista en fisiología ecológica de los arrecifes coralinos en la Universidad de California, estudia los ejemplares caribeños desde hace más de 30 años. Detectó la presencia de PAC por primera vez en 2015, mientras estudiaba el impacto de dos huracanes consecutivos de Categoría 5, Irma y María, en los arrecifes próximos a la isla caribeña St. John, en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos. Le sorprendió la velocidad alarmante en la que el alga comenzó a dominar el arrecife.

"También es aparentemente resistente a la búsqueda de comida por los peces, y hasta donde sabemos, solo sirve de alimento de una criatura, el erizo negro (Diadema antillarum), una vez ubicuo y abundante en el Caribe, pero que fue efectivamente aniquilado en la década de 1980 por una misteriosa enfermedad", explicó. Y se sinceró: “tampoco sabemos si el PAC se compone de una sola especie de alga o de varias”, dijo a Europa Press.

"Para tratar de comprender por qué esta alga dorada crustosa se está extendiendo repentinamente por los arrecifes del Caribe, nuestra investigación inicialmente examinó la microbiología de la PAC y la comparó con parientes cercanos (las algas coralinas crustosas, o CCA) que se sabe que estimulan el reclutamiento de larvas de coral en los arrecifes”, expresó el Dr. Bryan Wilson. 


Lo más extraño es que este alga actúa de manera opuesta a sus pares: ahuyenta todo signo de vida ajeno.

 
"Nuestro hallazgo clave fue que el PAC inhibe de alguna manera el crecimiento de bacterias marinas beneficiosas que, de lo contrario, en asociación con el CCA, producen compuestos químicos, casi como feromonas, que atraen y llaman a las larvas de coral al lecho marino. Por lo tanto, es poco probable que las áreas del arrecife tomadas por PAC vuelvan a albergar corales".

El PAC pone en riesgo la subsistencia de la propia comunidad del arrecife, que ya era frágil frente a la contaminación ambiental y el calentamiento global. Sin embargo, los corales intentan sobrevivir, siguen ahí a pesar de todo. Sin darse por vencidos, los investigadores se proponen ahora trazar el genoma del alga peyssonnelia.

MM CP