De acuerdo con un informe de Coninagro, el precio de la carne “bajó levemente ahora y subirá fuertemente después”. Según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna, durante agosto el promedio del precio de la carne fue de $ 703,17. Ese valor es 1,4% más bajo que en julio y 77,7% más que en julio de 2020.
Según Coninagro, en el corto plazo el precio subirá más por baja de producción, ya que “puede bajar inicialmente si se produce una sobreoferta artificial por el limitante a las exportaciones. Pero ese fenómeno es cortoplacista, insostenible en le tiempo y perjudicial en el mediano plazo”.
El gobernador Schiaretti pidió el levantamiento "inmediato" del cepo a las exportaciones de carne.
Si se prohíbe exportar, primero la oferta se dirige al mercado doméstico haciendo bajar el precio, pero eso desalienta la producción y, en el mediano plazo, se reduce la oferta y sube el precio nuevamente, incluso más aún, sostiene el informe.
Leonardo Rafael, presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA) sostuvo que “en septiembre no creo que haya cambios en el precio de la carne, pero llegando al fin del mes que viene, habrá un movimiento hacia arriba por menor oferta y llegamos a un momento estacional donde aumenta el consumo. Además, por las aperturas, se van a generar otros consumos como los restaurantes y los estadios, por ejemplo”.
Rafael también apuntó que “la plata que están hablando de poner en el bolsillo de la gente generará más demanda en la carne y otros artículos de consumo, creando un pequeño foco de inflación”.
El presidente de CAMyA explicó que el rebote de precios se debe a que “esto es una producción y una industria donde se demora cuatro meses en engordar un novillito para sacarlo a la venta. A fin de octubre habrá un bache donde faltará la salida de esa hacienda que no ingresó”.
Ventas de carne vacuna
El informe de Coninagro establece que entre 2006 y 2010: las ventas externas de carne vacuna se redujeron 65% y la producción cayó unos 20 kilos per capita al año.
“El consumo interno subió al principio, pero al final (por la baja de la producción surgida de los desincentivos) perdió 5 kilos per capita (de 62 a 57 kilos). A su vez, el rodeo ganadero se redujo en 10 millones de cabezas”, afirma.
Entre 2008 y 2010 la harina de trigo aumentó 66%; el aceite de maíz 80%; el kilo de pollo 69 % y la leche entera en sachet 94% por ciento. “Y en la carne el efecto (estimulado por la sequía de 2008) fue aún peor: hacia 2011 el kilo de novillo había aumentado 240%”.
CP