El cuerpo del líder de Sendero Luminoso no fue entregado a su viuda

Las autoridades peruanas denegaron una petición de la viuda del terrorista más temido del país, Abimael Guzmán, de entregarle sus restos para ser sepultados.

Vladimir Farfán, el fiscal que tomó la decisión, aludió a una amenaza al “orden público” para justificar su decisión.

El ministro de Justicia, Aníbal Torres, dijo a el domingo a la prensa que Guzmán debería ser cremado y sus cenizas deberían ser arrojadas al mar, tal como hizo Estados Unidos con los restos de Osama Bin Laden, “para no tener un lugar en el cual determinados peruanos puedan rendir homenaje a este personaje”.

Guzmán, quien fundó el grupo guerrillero maoísta Sendero Luminoso, murió el 11 de septiembre después de tres décadas en prisión. Su legado es especialmente perjudicial en la actualidad, ya que algunos miembros del Gobierno del presidente Pedro Castillo han sido acusados por sus opositores de simpatizar con la organización de Guzmán, acusación que todos niegan.

Entre ellos está el primer ministro, Guido Bellido, quien está bajo investigación por presunta apología al terrorismo. Algunas figuras públicas, como Walter Gutiérrez, titular de la Defensoría del Pueblo de Perú, criticaron a Bellido por no condenar a Guzmán con más severidad.

Mientras algunos ministros pidieron una cremación, algunos congresistas del partido de Castillo, Perú Libre, pidieron a las autoridades que entregaran el cuerpo de Guzmán a su viuda, Elena Iparraguirre.

Sendero Luminoso asesinó a decenas de miles de peruanos en las décadas de 1980 y 1990 cuando el grupo luchó contra el Ejército, asesinó a opositores, realizó ataques con coches bomba y masacró a civiles.