Un conflicto vecinal llevó a un hombre a la cárcel: ¿fue por una falsa denuncia?
Una veintena de denuncias cruzadas donde las únicas que avanzaron fueron las de violencia de género. Perfil CÓRDOBA entrevistó a la familia que dice ser acosada por quien les vendió el terreno donde levantaron su casa.
La historia que narra esta nota podría ser una de las tantas que reflejan conflictos vecinales, pero adquiere otro matiz cuando se plantea la duda sobre si detrás de ella hay una denuncia con datos falsos de quien dice ser víctima para lograr que su relato adquiera un tratamiento prioritario en la Justicia.
Carlos Alberto Luna es uno de los protagonistas. Tiene 35 años, trabaja como albañil en obras en construcción y tiene una familia compuesta por su pareja desde hace 16 años, Emilse Criado, quien trabaja en casas de familia, y un hijo de seis años.
La otra protagonista es S.G., una mujer de 50 años, que vive con hijos y su madre en un domicilio de Villa Cornú.
Según relató Luna a Perfil CÓRDOBA, en octubre del 2020 le compraron a S.G. un terreno de 300 m2. Está ubicado al lado del domicilio de la vendedora. Inicialmente, entregaron la mitad del precio total y el resto en 20 cuotas, cuyas constancias eran firmadas por ambas partes, sin presencia de escribano, porque ella decía que a los papeles los tenía un abogado. Luna señala que ellos conservan las constancias del boleto de compraventa y de todos los pagos realizados.
Cuando estaban por cancelar la última cuota, Luna cuenta que pidieron a S.G. la escritura del terreno donde –a esa altura– habían comenzado a construir su casa. Allí comenzaron los hechos violentos, en 2022.
Levantaron la vivienda en el terreno que compraron a S.G., no consiguen la escritura y después de pagarlo se dieron cuenta de que era usurpado.
Aparentemente, las tierras tampoco figuran a nombre de S.G. sino de una sociedad y habrían sido usurpadas.
Según el relato de Carlos Luna y Emilse, desde aquel año a la fecha padecieron atropellos, gritos, agresiones por parte de S.G., como tirarles excremento a través de la medianera, romperle los vidrios del auto, gritarles insultos con altoparlantes por el barrio. Un fin de semana largo se ausentaron de la casa y al regresar no pudieron ingresar porque les había colocado una cadena con candado. Todos estos episodios fueron denunciados por Luna en diferentes fiscalías del Distrito IV, según el turno, por lo que están diseminados.
S.G. en cambio, se presentó a la Justicia y denunció al hombre en una Fiscalía de Violencia Familiar y de Género, señalando que fueron pareja durante cuatro meses.
No solo él desmiente el vínculo y señala que el dato es totalmente falso, sino que testimonios de vecinos que relevó la Policía dan cuenta de la personalidad problemática de S.G., señalan que nunca advirtieron que fuera pareja de Luna y, por el contrario, lo describen a él como una persona trabajadora a la par su esposa e hijo.
Para la abogada Mónica Pico, defensora de Luna, se trata de una “denuncia falsa” de la mujer porque eligió decir que fueron pareja para que su presentación recayera en una fiscalía especial donde el criterio de actuación es dar prioridad al testimonio de las víctimas y actuar para evitar males mayores.
Como es sabido, la violencia familiar es una de las pandemias sociales que termina muchas veces en femicidios. Por esa razón es una de las políticas criminales de la Justicia de Córdoba, donde la consigna es actuar con premura y proteger a las víctimas que denuncian.
Este medio entrevistó a Carlos y Emilse, quienes quieren que se visibilice su situación, aunque reconocen tácitamente que S.G. le está ganando la pulseada porque decidieron alquilar su casa para no seguir teniendo contacto con ella.
A la vez, la abogada Pico señaló que aportará más testimonios a la Fiscalía de Violencia Familiar y de Género para lograr el sobreseimiento de su defendido. A la par de ello, procurará reunir todas las denuncias dispersas en diferentes Fiscalías comunes, donde las presentaciones de Luna no registraron demasiados avances. Una vez acumuladas, contraatacará con una querella contra S.G.
Carlos Luna y su abogada, Mónica Pico, el miércoles pasado cuando él recuperó la libertad.
Testimonios de bronca, tristeza, impotencia e injusticia
–¿Cuándo comenzaron los problemas con ella y cómo se manifestó el conflicto?
–C (Carlos): Cuando le pedimos la escritura al pagar la última cuota del terreno, en el año 2022.
–E (Emilse): Primero compartíamos el agua, le pagamos varias boletas. Nos sacó el único pico que teníamos en el terreno. Un fin de semana nos fuimos a descansar a Cruz del Eje donde tenemos familia, para el día del padre. Cuando volvimos, la señora había cambiado el candado. Llamamos a la policía. Teníamos todas nuestras pertenencias adentro. La respuesta fue que no podían entrar porque necesitaban una orden judicial. Y yo le dije, “¿Por qué necesito una orden si es mi casa, la compré?”. Tuvimos que romper la cadena para recuperar nuestras cosas. Alrededor de las 2 de la mañana, llegó la policía y le preguntaron a mi marido si había sido pareja de S.G. Él respondió que "no, nunca estuve en pareja con ella”.
–C: Al día siguiente me levanté para ir a trabajar. Había roto todos los vidrios del auto, de la luneta y del parabrisas. Hice la denuncia, pero nunca se hizo nada. Ella dice que nos conocimos en un boliche. No salgo nunca y si salgo, salimos juntos con mi pareja. Pero, además, rompió los vidrios de la casa, una vez nos agarró con un hacha la puerta, quiso incendiar los palos que teníamos de divisorio.
–¿Cuándo lo detuvieron a usted?
–C: Estuve detenido dos veces. La primera vez fue en abril del 2023, estuve preso 13 días. Me dijeron que fue por acumulación de denuncias. Ella había presentado 20 denuncias y decía que corría riesgo su vida.
–¿Y cuándo lo detuvieron por segunda vez?
–C: A comienzos del mes pasado, cuando yo estaba haciendo un pollo al disco. Ella se molestó por el humo. Comenzó a tirar cascotes y botellas de vidrio hacia mi casa.
(N.de R: En ese episodio, Carlos reunió todos esos elementos y los devolvió al patio de su vecina. Ella llamó a la policía y él terminó preso. Pasó 27 días en la cárcel hasta que el miércoles pasado recuperó la libertad. El fiscal Pablo Camacho le impuso como condición que no volviera a su vivienda, sino que fijara residencia en la casa de una hermana. La causa por presuntos hechos de violencia de género permanece en investigación. Al cabo de la instrucción, el fiscal resolverá si corresponde elevarla a juicio con una acusación específica a Carlos Luna o dictarle el sobreseimiento y archivarla).
–¿Qué harán de aquí en más?
-C: Vamos a tener que alquilar la casa al menos por un tiempo. No quiero volver ahí para no pasar por lo mismo. Ha tirado perros, patos, gallinas muertos al patio, también materia fecal. Grita insultando a mi mujer y a mí con un parlante. Hasta a los mismos vecinos les da vergüenza porque hay menores.
–E: Me contaron los vecinos que ahora muestra una foto de Carlos diciendo que es un violador, acosador, que me golpea a mí y a ella, que nos tiene amenazadas, le pidió a la psicóloga del dispensario que nos saquen del barrio. Yo no transito esa parte del barrio porque trabajo en Villa Allende desde hace 16 años y nuestro hijo va a la escuela también en Villa Allende.
–Evidentemente, las denuncias que ella le hizo se movieron, porque usted estuvo preso dos veces. ¿Qué pasó con las denuncias que usted hizo en contra de ella?
–C: Nada. Fui a las fiscalías donde están las denuncias que radicamos y me dijeron que la habían citado a ella para imputarla, pero nada más. Me sugirieron que me convirtiera en querellante para activarlas
–E: Pero Carlos no le puede hacer nada hasta que no se cierre la causa en su contra. Aun así, en la fiscalía me dicen que por más que la causa se cierre, por más que las denuncias sean falsas, ella es víctima y es mujer.
–¿Qué sienten ante este panorama?
–C: Mucha bronca, impotencia. Al terreno lo compramos de buena fe e hicimos las cosas en forma legal. Hicimos los trámites en el organismo de tierras (Registro de poseedores). Ahí nos enteramos de que el terreno era usurpado, también en Aguas Cordobesas y el Ersep. Fueron a verificar el domicilio para la conexión de agua
–E: Él (Carlos) estuvo sin trabajar un mes, yo me tuve que venir a la casa de mis padres. Estamos desorientados. Como le dije a Carlos, lo importante en este momento es que estemos bien los tres como familia, psicológicamente no estamos bien. Es muy triste y feo lo que estamos pasando.
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