"Alabanza a una urna", de Hart Crane
El notable poeta norteamericano difícilmente pueda ser comparado con algún otro poeta estadounidense. Al igual que Rimbaud, superó a todos los extraordinarios poetas desde una edad muy temprana.
En el Suplemento Cultura de Diario PERFIL, ofrecemos cada semana "Narcolepsia - Coordenadas para una aproximación a la poesía", y el elegido en esta ocasión es "Alabanza a una urna", de Hart Crane:
Era un amable rostro del norte
en el que se mezclaban disfrazados de exilio
los ojos eternos de Pierrot
y la carcajada de Gargantúa.
Sus pensamientos, a mí entregados
desde la colcha blanca y la almohada,
ahora lo veo, fueron legados —
delicados jinetes en la tormenta.
La pendiente luna en la colina inclinada
una vez nos acercó hacia los presentimientos
de lo que la muerte conserva, aún en vida,
y todas esas valoraciones del alma.
Reposado en la antesala del crematorio,
el insistente reloj y sus comentarios,
tocando así sobre nuestra alabanza
las propias glorias de la época.
Aun así, teniendo en mente el cabello dorado,
no puedo ver esa destrozada cima
y extrañar el zumbido seco de las abejas,
extendiéndose por un lúcido espacio.
Dispersa estos modismos afortunados
en la humosa primavera que llena
a los suburbios, donde se perderán.
No son trofeos para dejar al sol.
(Trad. Juan Arabia)
El poeta norteamericano Hart Crane (1899-1932) difícilmente pueda ser comparado con algún otro poeta estadounidense. Al igual que Rimbaud, superó a todos los extraordinarios poetas desde una edad muy temprana. De un suicidio mitológico (a los 32 años saltó por la borda del vapor Orizaba cuando navegaba el Golfo de México), acaso su obra encierra nuevos misterios y profecías.
“Praise for an Urn” (Alabanza a una Urna), escrito a los 22 o 23 años y publicado en White Buildings, fue el poema que inspiró a Jim Morrison a escribir “Riders of the Storm”: “His thoughts, delivered to me / From the white coverlet and pillow, / I see now, were inheritances– / Delicate riders of the storm” (Sus pensamientos, a mí entregados / desde la colcha blanca y la almohada, / ahora lo veo, fueron legados — / delicados jinetes en la tormenta).
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